Está contenta con cómo va Txirikorda
Atreverse a abrir un comercio propio nunca es fácil. La persona que emprende siempre se enfrenta a la compleja ecuación de cómo cuadrar ingresos y gastos para que su proyecto sea rentable. Para ello, es crucial sentarse antes de hacer el plan de negocio y aún así nadie asegura que su proyecto sea viable. Sin embargo, la vitoriana Ana Mesón decidió arriesgarse con su peluquería canina y eso que añadió una variable extra: la de inaugurarla en agosto, en plena pandemia por coronavirus. Reconoce que le dio miedo hacerlo en esta época de covid, pero dice que "era el momento porque los papeles los llevé al Ayuntamiento el 14-15 de febrero, antes del primer estado de alarma, y aunque luego podía haber frenado la apertura, me tiré a la piscina".
Lo hizo, en concreto, el 6 de agosto, cuando empezó a funcionar en el número 16 de la calle Venezuela su peluquería canina bajo el nombre de Txirikorda, porque a su caniche Sel la conocen en este barrio de El Pilar, como "la perra de las trenzas" y, de momento, las cosas no le van nada mal.
"La verdad es que estoy muy contenta. Los primeros meses fueron duros, porque me costó cubrir gastos y en mi caso decidí arrancar poco a poco: un mes lo dediqué a comprar tales juguetes, otro a alimentación... Empecé sola y ahora tengo a otra peluquera canina, con formación como tal, porque también en este sector hay varias categorías", resalta.