Los médicos forenses que examinaron a Ana Delgado Villodas, la mujer que estuvo a punto de morir a manos de su pareja en Azagra en febrero de 2021, confirmaron ayer en el juicio que se sigue por estos hechos contra Santiago Martínez, que la víctima presentaba lesiones craneales compatibles con el bastón metálico que usó el acusado, que acaba en forma de T y que fue la parte con la que le golpeó. Igualmente dichas lesiones eran compatibles con la muerte.
“Tenía una fractura que le recorría el cráneo y lo tenía en añicos”. Además presentaba varias fracturas encima de los ojos y en la zona del entrecejo, al igual que una fractura en el codo (“propiamente defensiva”) y la muñeca izquierda.
Los médicos detallaron que la víctima sufre un gran “deterioro cognitivo y conductual”, está psicológicamente muy afectada con un comportamiento pueril y aniñado. Dicho deterioro le impide ser autonóma para actividades instrumentales de la vida (no puede cocinar, planchar, trabajar...) y tampoco puede gestionar ninguna cuestión económica o una cita médica.
“No se espera que exista mejoría a futuro, se espera que empeore. Ya tiene diagnosticada una demencia, porque ha sufrido una pérdida neuronal, y va a seguir perdiendo actividad cognitiva. Ya padece una enfermedad neurodegenerativa y lo habitual es que la demencia sea más rápida en personas así”.
La facultativa que realizó un informe sobre las lesiones y secuelas de la víctima calcula que fueron 629 días los que tardó en su estabilización lesional, todo el periodo que transcurre desde que se produce la lesión hasta que se agotan las posibilidades terapéuticas de mejora. “Esta persona no tiene autonomía para cuidarse de sí misma. Esa supervisión continuada la están realizando ahora sus familiares. Las secuelas neurocognitivas provocan alteraciones conductuales de la personalidad”. Por dichas lesiones y secuelas la Fiscalía pide 864.000 euros mientras que la acusación particular exige 1.016.000 euros.