Desde que a principios de 2023 saliera a la luz la denuncia contra Dani Alves por un presunto delito de agresión sexual cometido el pasado 30 de diciembre de 2022 en la discoteca Sutton de Barcelona, su caso se ha convertido en uno de los más mediáticos de los últimos tiempos. Este jueves se ha conocido la sentencia. La Audiencia de Barcelona ha condenado a cuatro años y medio de prisión al futbolista por agresión sexual.La Fiscalía había reclamado una condena de 9 años de cárcel para Alves y la acusación particular, que ejerce la denunciante, reclamó 12.
Todas las novedades sobre el caso se han seguido al detalle desde que se conoció el suceso, como también los movimientos de los más allegados al futbolista brasileño, entre ellos, su mujer Joana Sanz, que saltó a la actualidad en varias ocasiones debido a sus movimientos en redes y a otras decisiones que tomó a lo largo de este tiempo como dar por finalizada su relación con Alves, e incluso plantearse pedir el divorcio, aunque posteriormente decidió continuar junto al brasileño, aunque ahora lo hará a distancia.
Dani Alves llevaba en prisión preventiva desde hacía algo más de un año por riesgo de fuga a Brasil, en el centro penitenciario Brians II.
Fue a mediados de enero de 2023 cuando llegó a esta prisión en las inmediaciones de Martorell, donde comenzó compartiendo celda con otro recurso, aunque más tarde fue trasladado a otro módulo destinado a los condenados por delitos sexuales para garantizar su seguridad.
ASÍ ES LA VIDA DE DANI ALVES EN LA PRISIÓN DE BRIANS II
Tras un tiempo compartiendo celda con otro recluso, la dirección del centro penitenciario Brians II instaló a Dani Alves en el módulo 13, donde disfrutaba de una reclusión mucho más tranquila debido al fuerte impacto mediático del caso.
Dentro de la prisión, el jugador cuenta con una celda individual con ducha propia de la que sale durante el tiempo que la rutina de la cárcel se lo permite.
El brasileño visita no solo el comedor, sino también el gimnasio donde mantiene su forma física y también ayuda a otros reclusos con sus entrenamientos.
Alves comparte tiempo de ocio en el patio con otros internos con los que juega al fútbol, y también disfruta en su módulo de una pista polideportiva y zonas ajardinadas donde poder pasear.
Además, el futbolista también dispondría de 100 euros semanales para sus gastos dentro del centro penitenciario, como comida, artículos de aseo personal u otro tipo de compras.