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“La vida fértil de las mujeres tiene fecha de caducidad aunque podamos sentirnos jóvenes”

González, responsable de Ginemed Bilbao, constata cómo se han multiplicado las opciones para vencer la infertilidad y poder ser madre
Un hombre abraza a una mujer embarazada.
Un hombre abraza a una mujer embarazada.

Se puede pensar que vivir más años nos permite retrasar la maternidad.

–Fisiológicamente la vida fértil de las mujeres tiene caducidad. Aunque nos sintamos jóvenes a edades en la que nuestras madres o abuelas eran mayores, eso no significa que nuestros ovarios y nuestros óvulos hayan modificado su funcionamiento. La edad fértil está en su momento álgido de los 25 a los 32 años. Luego empieza a bajar. A partir de los 40 es muy complicado que una mujer consiga un embarazo con sus óvulos, o que llegue a término.

La edad avanzada de las mujeres está detrás de que muchos nacimientos se daban a tratamientos de reproducción asistida, ¿verdad?

–Las estadísticas dicen que en torno a un 15% o un 20% de parejas van a terminar recurriendo a un centro de reproducción asistida. Está en la calle la idea de; pues espero y si no me puedo quedar embarazada, voy a un centro. Pero a veces hay que recurrir a óvulos de una donante porque llegamos tarde para poder hacerlo con nuestros propios óvulos. Y aunque tengamos métodos para conseguir un embarazo, a mayor edad, más riesgos.

A partir de los 40 años, es muy complicado que una mujer logre un embarazo con sus propios óvulos

La edad marca la cantidad y calidad de los óvulos.

–Por supuesto. Uno de los motivos de que sea más difícil embarazarse, es la caída de la reserva ovárica, el número de óvulos. Otro de los motivos es porque la calidad de esos óvulos es peor, por lo tanto el pronóstico de que sea fecundado correctamente y vaya a dar lugar a un embrión y a un embarazo, también empeora. A medida que aumenta la edad del óvulo, aumenta la probabilidad de que el embrión que se forma tenga algún tipo de alteración cromosómica.

González, responsable de Ginemed Bilbao, constata cómo se han multiplicado las opciones para vencer la infertilidad y poder ser madre

González, responsable de Ginemed Bilbao, constata cómo se han multiplicado las opciones para vencer la infertilidad y poder ser madre

En los tratamientos de fecundación in vitro ¿se recurre a óvulos propios o a óvulos de donantes?

–Siempre intentamos mantener la genética de la pareja. Pero teniendo en cuenta la edad más alta, el número de tratamientos que hacemos con óvulos de donantes aumenta, y a día de hoy, son casi la mitad de todos los tratamientos.

Tenemos mujeres que han congelado sus óvulos hace más de diez años y luego los han utilizado sin problema

Gracias a la congelación de óvulos, sí que se puede tener niños más tarde y planificar el futuro reproductivo. ¿Cuál es la edad límite para poder vitrificar óvulos?

–Una cosa es la edad límite y otra la edad ideal. Cuando hablamos de una preservación de fertilidad, estimulamos el ovario para conseguir un buen número de óvulos (lo ideal es que sean más de diez) para guardarlos, mantenerlos vitrificados, es decir congelados, hasta el momento en que esa mujer los va a utilizar. El momento ideal sería entre los 25 y los 34 años. Pero lo razonable es hacerlo por debajo de los 38.

¿Y esto se hace así?

–Normalmente no porque cada vez son más las mujeres que no tienen claro si quieren ser madres. Y nos llegan pacientes con 39 ó 40 años solicitando información para preservar sus óvulos. En estos casos, si la reserva ovárica está mantenida, podríamos llevar a cabo el proceso. La calidad no va a ser óptima, y vamos a necesitar un número más alto para tener una oportunidad razonable de embarazo.

¿Cuánto tiempo pueden permanecerlos los óvulos congelados para poder usarlos con garantías?

–El tiempo que pasan los óvulos o los embriones guardados no afecta a su calidad posterior cuando se van a utilizar. Tenemos mujeres que han guardado sus óvulos hace más de diez años, y luego los han utilizado sin ningún problema.

¿Todas las mujeres son conscientes de que existe esta alternativa?

–Todavía hay bastante desconocimiento. Una mujer, si tiene claro que le gustaría ser madre en un futuro, debería hacerse un estudio de reserva ovárica, para tener unos datos reales de su situación y hacer una previsión. Cuando nos reunimos con ginecólogos insistimos que, cuando una mujer va a la consulta, además de todo lo que se evalúa, se debería también revisar su reserva ovárica.

¿Y cómo se calcula?

–Es muy sencillo. Mediante una analítica de sangre para medir la hormona antimulleriana y una ecografía transvaginal para hacer un recuento de los folículos, podemos tener una idea bastante precisa.

Las causas de infertilidad en una pareja suelen ser compartidas al 50% ¿no?

–Cuando una pareja heterosexual viene a la consulta en busca de ayuda, encontramos un factor mixto. Tenemos la parte que corresponde a la mujer porque generalmente llega un poco tarde. Y por otro lado, nos encontramos con muestras seminales que tienen alteraciones de cantidad, de movilidad o de morfología de los espermatozoides.

A medida que sube la edad, aumenta la posibilidad de que el embrión tenga una alteración cromosómica

Pero hoy en día hay muchas alternativas para formar una familia.

–Sí, hay una gran diversidad, desde tratamientos sencillos como una inseminación artificial hasta otros más complejos como la fecundación in vitro en los que, además, a veces hacemos estudios genéticos a los embriones, para tener la certeza de que son embriones genéticamente sanos. Además de la fecundación in vitro con óvulos de donantes, también tenemos un banco de embriones. Es decir podemos usar embriones que han sido donados con fines reproductivos por otras mujeres.

Las parejas de chicas también tienen sus opciones.

–Ofrecemos, por ejemplo, el método ROPA, en el que una de ellas hace la estimulación ovárica, fecundamos los óvulos en el laboratorio y luego, los embriones los transferimos en el útero de la otra mujer para llevar a cabo una maternidad compartida.

¿Las tasas de éxito dependen de la técnica usada?

–Sí, las tasas pueden ir en torno al 25% por cada intento de inseminación artificial hasta un 65% cuando transferimos un embrión de un óvulo de una donante. Cuando hacemos tratamientos con óvulos de donante llegamos a una tasa del 90%. La realidad es que la mayoría de las mujeres o de las parejas van a conseguir el embarazo mediante una técnica u otra.

2023-09-19T06:52:08+02:00
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