CONCIERTO DE YO FUI A LA EGB
Fecha: 03/12/2022. Lugar: Navarra Arena. Incidencias: Multitudinaria asistencia para disfrutar del espectáculo Yo fui a EGB. En torno a seis horas de espectáculo. Después de los conciertos, Chimo Bayo pinchó canciones como fin de fiesta.
Que la vida iba en serio, escribía el poeta, uno lo empieza a comprender más tarde. Y después de comprenderlo, uno necesita olvidarlo; para ello se engaña con placebos y anestesias de todo tipo. Y ahora que, como sentenció otro, de casi todo hace ya veinte años, resulta de lo más atractivo regresar a ese paraíso perdido que fue la infancia. Así se explica el fulgurante y prolongado éxito de la iniciativa Yo fui a EGB, discurrida por dos tipos de Bilbao que crearon un blog en el que reunir recuerdos de los ochenta y que ha terminado dando forma a multitudinarios perfiles de redes sociales, discos recopilatorios que se han vendido muy bien en una época en la que ya no se venden discos, y hasta a un juego de mesa. Y también a esta gira itinerante que nos ocupa, claro, que reúne a algunos de los grupos que dominaron las listas de ventas de aquellos maravillosos años.
En realidad, esta es la segunda vez que el espectáculo pasa por Pamplona. Lo hizo en 2020 y repitió el sábado pasado con idéntico resultado del Arena abarrotado. Si en la primera experiencia Carlos Latre ejerció de maestro de ceremonias, en esta ocasión fue el popular actor José Corbacho el encargado de entretener a la audiencia entre una actuación y otra. Lo hizo bien, derrochando simpatía y lanzando recuerdos hacia el público en forma de sintonías de dibujos animados, rememorando clásicos del séptimo arte (Pesadilla en Elm Street, El resplandor, Los Goonies, Regreso al futuro, ET, Star Wars…) o entonando estribillos de artistas que no estaban allí presentes (Alaska, Duncan Dhu, Loquillo…), recibiendo en cada una de sus intervenciones el beneplácito de las miles de personas que llenaban el pabellón.
Aparte de los conciertos propiamente dichos, hubo otro tipo de actuaciones a cargo de bailarines que emularon a Michael Jackson, Queen, Dirty Dancing o Grease. Respecto a la música, los primeros grupos tocaron con una banda base, cambiando únicamente los cantantes de las distintas formaciones. No era, en cualquier caso, una noche para detenerse en detalles técnicos, sino para dejarse llevar por la sensación de euforia que provocaba la rutilante sucesión de hits que sonó sin tregua: El límite, de La Frontera; Sabor de amor, de Danza Invisible; Cuando brille el sol, de La Guardia; Tocaré de Tahures Zurdos (los locales tocaron más tiempo y con su cuarteto original, como harían los siguientes artistas); Camino de la cama, de Siniestro Total (que estuvieron representados por Miguel Costas, el que fue su cantante en sus años de mayor popularidad); Boys, boys, boys, de Sabrina; No veo ná o Manolito, de la histriónica mezcla formada por Toreros Muertos y Mo me pises que llevo chanclas, bautizada como Toreros con chanclas; o Quiero tener tu presencia, de Seguridad Social. La nostalgia, si se ofrece con tiento, sigue funcionando. Y es que a quién no le gusta retroceder a la época en la que desconocía la gravedad del asunto. Cuando pensábamos que nos íbamos a llevar la vida por delante.