Al menos 16 personas murieron por disparos de las fuerzas de seguridad iraníes en la provincia de Sistán y Baluchistán, mientras que decenas de personas resultaron heridas por la represión contra una marcha de protesta en el Kurdistán iraní por el asesinato de una mujer kurda en la capital del país, Teherán, según denunciaron grupos de activistas.
La ONG Human Rights Iran indicó que las fuerzas de seguridad abrieron fuego contra una concentración en la ciudad de Jash, en Sistán y Baluchistán, escenario de otro Viernes Negro tras la muerte de casi un centenar de manifestantes el 30 de septiembre en la ciudad de Zahedán.
Las protestas en la provincia estallaron realmente en junio, tras conocerse la violación de una niña baloche a manos de un comisario de Policía, pero acabaron retroalimentadas con las protestas nacionales que comenzaron tras la muerte bajo custodia de la joven kurda-iraní Mahsa Amini el 16 de septiembre tras su arresto por llevar mal puesto el tradicional velo.
Human Rights Iran cifra ya los fallecidos por las protestas en 304 víctimas mortales, entre ellas 41 niños, en 21 provincias del país.
A ello hay que añadir la represión denunciada ayer en la localidad de Mariwan por la muerte de Nasrin Ghaderi, natural de esta ciudad y residente de Teherán, que el sábado por la noche recibió varios golpes en la cabeza durante una nueva protesta en la capital. La mujer entró en coma y falleció posteriormente.
Las autoridades iraníes, denuncia la familia a la agencia kurda iraquí Rudaw, han prohibido que la mujer sea enterrada en su localidad natal. Los servicios de Inteligencia, según el relato familiar, obligaron a celebrar el entierro prácticamente sin presencia de sus allegados y seres queridos.
Por otra parte, un soldado iraní mató ayer a un compañero del Ejército y a tres policías en la provincia de Sistán Baluchistán, donde las protestas que sacuden Irán están siendo más violentas.