Nervios a flor de piel, corazones desbocados y lágrimas, muchas lágrimas pero de alegría. Es lo que se vivió el sábado por la noche tras confirmarse que el Alavés jugará el año que viene en Primera División. La ya célebre expresión "Próxima parada: Primera, hurrengo geltokia" que se puede ver desde hace tiempo en las camisetas que lucen los aficionados albiazules.
Nuestro compañero Marce Rodríguez ha estado esta mañana a primera hora en el epicentro de la fiesta del sábado por la noche y esas imágenes sin duda se repetirán esta tarde. Los pocos aficionados que estaban por la zona buscan las camisetas para lucir esta tarde y se han acercado a la tienda en busca de esa compra de última hora. Alguno nos decía, que va a entregar en la tienda un carné que alguien, probablemente, durante la euforia ha perdido.
Un carné para la historia porque el Alavés cierra la temporada con el sueño cumplido de regresar a la máxima categoría. No es de extrañar que más de uno perdiera el carné. "Fue impresionante. Estaba la Virgen Blanca como si fuera Celedón. La gente no paraba de corear las canciones del Alavés. Ambiente bueno. No me extraña que alguno perdiera el carné, si no perdió algo más en la Virgen Blanca", nos cuenta entre risas una aficionada.
Los aficionados sufrieron hasta el final aunque con los que hemos hablado esta mañana decían estar seguros de que el Alavés iba a ganar. "Sabía que iba a meter. Me puse las botas y para la plaza. Vía libre al ascenso y vía libre para la Virgen Blanca", rememora.
Los jugadores del equipo fueron recibidos ya anoche por los aficionados en Foronda pero la fiesta está prevista para esta tarde. A las 19.00 el equipo saldrá del parking de Mendizorroza y recorrerán las calles más céntricas de Gasteiz hasta llegar a una Virgen Blanca seguro a rebosar donde está prevista la celebración junto a los jugadores a las 19.45
En el bar Deportivo Alavés, mítico en la Plaza de la Virgen Blanca ondea la bandera del equipo y aún no se han recuperado de la fiesta del fin de semana. Coincide su dueño, Jose, con la aficionada que decía que le recordaba al día grande de las fiestas de Vitoria. "Parecía Celedón, estaba a reventar con gente de rodillas y llorando".
No espera menos de la celebración de esta tarde. "Va a reventar", asegura. Lo mismo piensa el repartidor de bebidas que sabe que tiene ante sí una dura jornada laboral. Eso sí por la tarde, afirma, se pondrá la camiseta porque toca "darlo todo".