La Virgen del Pilar en la Catedral Basílica del Pilar de Zaragoza lucía este lunes un manto con el escudo de Navarra, pero con una particularidad que sorprendió a algunos visitantes, mantenía la Cruz Laureada de San Fernando, símbolo franquista que ya ha desaparecido de la imaginería de los edificios públicos en cumplimiento de las leyes de Símbolos y de Memoria Histórica. Curiosamente la Virgen tiene otro manto, donado por la Federación Nacional de Hogares Navarro, con el escudo de Navarra en el que no aparecer la Laureada.
Según han informado a El Periódico de Aragón fuentes cercanas al Cabildo, la familia Navarro había solicitado que su manto vistiese a la Virgen en uno de los días disponibles en el calendario como fue el 9 de enero, sin embargo, el capellán encargado de proceder al cambio confundió Navarro con Navarra y vistió a la Virgen con el antiguo manto de Navarra que conserva la simbología franquista.
El manto de la Virgen del Pilar es la vestimenta que cubre la columna y suelen ser piezas de tela generalmente enriquecidas con bordados, que embellecen la imagen que se encuentra dentro del camarín de la basílica-catedral. En este caso, el manto con el escudo navarro lleva bordada la frase 'A ti me arrimo'. Por lo general, son donados por fieles devotos o instituciones, entre las que se encuentran clubes deportivos (Real Zaragoza), medios de comunicación (Heraldo de Aragón, Cope) o institutos armados (Guardia Civil).
En la actualidad, la Virgen cuenta con más de 450 mantos diferentes que se guardan en la sacristía de la basílica y luce uno diferente cada día con excepción de tres fechas a lo largo del mes: los días 2, 12 y 20.
VÍNCULOS CON NAVARRA
Tanto la imagen zaragozana como su manto tienen vínculos directos con Navarra. Cuentan que en el castillo de Olite, en torno a 1433, la reina Doña Blanca "murió" a causa de una terrible enfermedad. Llevaba "muerta" más de tres horas cuando, repentinamente y en presencia de todos sus familiares y cortesanos, se levantó del lecho pronunciando con clarísima voz estas palabras: “¡Santa María del Pilar! Bendita seáis, pues me habéis guardado y tornado de muerte a vida”.
Seguidamente relató la reina a todos los presentes que la Virgen del Pilar se le había aparecido en esos instantes de luz previos a la muerte... y que, con voz muy dulce, le dijo: “Sirvienta mía doña Blanca, arrimaos a este Pilar mío y tendréis salud”. Y la reina, prometió hacerlo viajando a Zaragoza..
Doña Blanca, tras su asombrosa curación, peregrinó a la capital aragonesa y allá ofreció una novena a la Virgen y fundó la Orden de Nuestra Señora del Pilar cuyo lema desde entonces es precisamente: “A ti me arrimo”. Orden que todavía pervive en Navarra. También se le atribuye a nuestra reina la orden de esculpir la imagen que se venera actualmente en la Basílica del Pilar de Zaragoza.
La Cruz Laureada de San Fernando, sin embargo, fue concedida a Navarra en 1937 por Francisco Franco y colocada en su escudo como homenaje y reconocimiento a los voluntarios navarros que le apoyaron en el golpe militar de 1936 ya lo largo de la Guerra Civil. Una vez recuperada la democracia, el Parlamento de Navarra, en sesión celebrada el 26 de octubre de 1981, decidió que el escudo fuera utilizado sin la laureada. Así se ha hecho desde entonces por las distintas administraciones civiles.
No obstante, algunas edificios públicos, como el Palacio de Navarra, la mantuvieron hasta su retirada en cumplimiento de las leyes de Símbolos y de Memoria Histórica, y del compromiso del Ejecutivo foral con la retirada de símbolos franquistas y la democratización de los espacios públicos, libres de referencias a la exaltación de la violencia.
De hecho, una vidriera con el escudo de Navarra preside ahora la fachada principal del Palacio de Navarra , en sustitución de la Cruz Laureada de San Fernando , retirada en septiembre de 2019. En 1951 se colocó en el frontón del Palacio de Navarra, en su fachada principal, un conjunto escultórico de Fructuoso Orduna modificando el tímpano original, que contenía un óculo sencillo. En dicha escultura se representaba el escudo de Navarra oficial durante el franquismo con la Laureada entre dos personajes masculinos con atuendo clásico.
La retirada de la Laureada del tímpano de la fachada principal del Palacio de Navarra fue acordada por el Gobierno el 29 de junio de 2019. Con el objetivo de devolver el frontón de Palacio a su estado original, que se mantuvo entre 1841 y 1951, el proceso se inició el 26 de septiembre, y tras la comprobación de que la retirada de la escultura era posible sin causar daños, se procedió a desmontarla en sus seis bloques originales, tras lo que se constató que el óculo original, en el que se colocó la Cruz Laureada estaba destrozada y que su interior había sido rellenado con cemento y macizado. La Institución Príncipe de Viana se hizo cargo del grupo escultórico retirado para su conservación.