Llega septiembre y con él, el regreso a la rutina, la vuelta al trabajo y a las aulas escolares. Los menores, al igual que los adultos, tienen que retomar los hábitos para hacer frente al nuevo curso escolar. Finalizan las vacaciones, el descanso y los horarios estivales para, en pocos días, iniciar los madrugones, las clases, los deberes y las extraescolares. Un periodo que se hace un tanto cuesta arriba y que hay que saber afrontar adecuadamente para hacer más llevadero el retorno a la responsabilidad.
Mikel Arnáez es el director del centro Eraiki Taldea que combina la ayuda escolar tradicional con el apoyo psicopedagógico, logopédico y psicológico de aquellos alumnos con dificultades adicionales asociadas a estas áreas. Una voz autorizada para dar algunas claves de cómo afrontar la vuelta al cole.
En breve arrancamos el momento de mayor cambio de todo el año. El fin de las vacaciones y el regreso a las aulas de nuestros menores. ¿Cómo podemos afrontarlo adecuadamente?
Es muy importante la organización. Conviene ayudarnos de una agenda específica para la vuelta al colegio, ya que pasarlo todo por escrito nos ayuda a organizarnos previamente. Saber si puedo ir a buscar a mi hijo tal día, tener en cuenta las primeras jornadas de clase de mañana, planificar el material escolar que necesitan...Son muchas cosas y hay que tener todo muy claro para intentar conciliarlas con la vida profesional de los padres y madres. Prever si necesitamos contratar servicios auxiliares como las extraescolares o el jantoki, que no se solape el ocio con las obligaciones y que todo ello sea factible con el horario de la familia al completo.
Son muchas cosas...
Yo recomiendo empezar a planificar con tiempo y no esperar al final. Hay que anticiparse y comenzar a planificar ya el nuevo curso en julio para que no se complique ahora. Eso y plasmar todo lo que se necesita en un medio visual para verlo claramente.
Es una organización que compete a toda la familia.
Sí, la vuelta a la rutina tiene que ser un proceso compartido por todo el núcleo familiar. Son los chavales los que a nivel individual regresan a la ikastola, pero altera todo el plan familiar, así que todos al unísono tienen que participar en su organización.
La forma en la que los adultos encaramos el regreso a la cotidianidad es un factor clave que transmitimos a nuestro hijos. No es lo mismo decir: qué horror ya volvemos con la ikas, que afrontarlo con positivismo.
Totalmente. En este y en todos los ámbitos de la vida, el positivismo suma y el pesimismo resta. Tenemos que normalizar la rutina. Es bueno que tengamos un momento vacacional para compartirlo todos juntos, pero también es positivo que cada uno recupere su espacio, su ámbito y vuelva a su cotidianidad.
Los txikis son los que peor llevan la separación con sus aitas y amas.
Todo depende de cómo lo lleven sus padres y madres. Hay que naturalizar la vuelta al cole y evitar los dramas. Si ellos dicen: Ay como te voy a echar de menos y hacen un drama, los menores también lo van a hacer. Naturalizar el retorno a la rutina depende de cómo lo afronten los progenitores.
El paso al instituto también supone dar un gran salto.
El cambio de primaria a la ESO es muy importante. Los chavales pasan de jornada partida a continua con lo que varían todas sus rutinas. Al ser una novedad, la familia no tiene experiencia a la hora de planificarlo y hay más dificultades, ya que cambia todo el día. Es un momento clave para los estudiantes que hay que organizar muy bien.
¿Es bueno ir introduciendo rutinas anteriormente? Por ejemplo, que se metan a la cama ya antes porque en verano nos acostamos más tarde o empezar a madrugar de antemano para que los txikis se vayan acostumbrando.
Tampoco es necesario cambiar las rutinas en verano. El periodo estival tiene sus horarios y hay que disfrutar de ese momento sin sacrificarlo. Estaría bien favorecer el cambio de horario un par de días antes de iniciar el curso. Es lógico que, si se van a levantar a las 7.00 horas, se acuesten antes para empezar descansados.
Adaptándose al ritmo de cada menor.
Si. A su ritmo y a sus necesidades. Hay una frase de Albert Einstein que dice: Todos somos genios, pero si juzgas a un pez por su habilidad de trepar árboles, vivirá toda su vida pensando que es un inútil. Cada tenemos nuestro ritmo y capacidades específicas.
¿Qué hacemos para recuperar todo lo que no hemos hecho en verano?
Hay que intentar no perder lo que dejamos durante el curso escolar. Disfrutar del verano es compatible con no perder el conocimiento adquirido durante el año anterior. Conviene disfrutar del ocio y desconectar completamente durante dos o tres semanas, pero no podemos estar tres meses abstraídos de las obligaciones, ya que sino el regreso a la rutina requiere de mucho esfuerzo.
Arranca el curso y también las extraescolares. ¿Cargamos demasiado a nuestro hijos de actividades en el día a día?
Las extraescolares tienen que estar enfocadas en las necesidades de cada niño. Hay que tener mucho cuidado porque un exceso de actividades puede derivar en un efecto rebote negativo en el rendimiento escolar.
Es un aspecto muy relacionado con la conciliación laboral y familiar.
Sí, pero hay que intentar que las extraescolares no respondan únicamente a ese apartado sino realizar las actividades imprescindibles y necesarias tanto a nivel académico como de ocio u deportivo. Si hay demasiadas hay que minorizarlas y prescindir de las secundarias que son las que van en el camino de la conciliación familiar. Hay que medir y elegir las que sean imprescindibles para su rendimiento escolar y desarrollo personal. No puede ser que el niño llegue a casa todos los días a las 20.00 horas, sino ¿cuándo compartimos el tiempo con el?
¿Qué características especiales tiene el curso escolar 2022/23?
En este nuevo curso hay dos factores nuevos importantes. Por un lado, es la primera vuelta al cole en años sin medidas covid y, por otro, va a haber un incremento de entre 70 y 80 euros en el precio de los libros y el material escolar por cada alumno respecto a años anteriores. l