La consejera de Cultura y Deporte, Rebeca Esnaola, ha asistido a la inauguración de las obras de ampliación de la zona de visitantes del Monasterio de San Salvador de Leyre, que han permitido dotar a la zona de cafetería con terraza, zona ajardinada orientada hacia el pantano de Yesa, aseos nuevos y una sala multiusos.
En el acto han participado también el abad del monasterio, Juan Manuel Apesteguía; y el alcalde de Yesa, Roberto Martínez; así como personal técnico del Servicio de Patrimonio Histórico.
Con esta inauguración culmina el proceso iniciado en 2016 para la rehabilitación de la zona de recepción de visitantes, y que comenzó con la habilitación de la planta superior del edificio exento situado junto al acceso del monasterio. Una intervención considerada muy positiva, tanto por la mejora de la recepción y atención de las personas visitantes al monasterio, que van aumentando, como por la mejor organización de la visita al conjunto monumental.
La reforma actual sitúa en la planta baja del edificio un bar con posibilidad de servicio de comidas sencillas, con una cocina suficiente para atender este servicio con flexibilidad, en función de la evolución de la demanda de las personas que la visiten, almacén, cámara y vestuario para el personal; una terraza exterior para el bar en el jardín; los aseos generales para visitantes; una escalera y rampa de acceso y en la planta superior, una sala para atender grupos de visitantes al monasterio, con acceso desde el camino lateral, y aseos para esta sala.
En febrero de 2021 se adjudicaron las obras de ampliación de la recepción de visitantes a favor de la empresa Construcciones Leache S.L. por un importe de 1.541.052 euros, IVA incluido, y un plazo de ejecución de 20 meses. La dirección de obra ha sido compartida entre personal técnico de la Sección de Patrimonio Histórico Javier Sancho -arquitecto- y Alicia Huarte -aparejadora-, con Aitor Ramírez Rico -arquitecto- adjudicatario del contrato para la colaboración en dicha dirección de obra.
Antecedentes de la reforma
A finales de 2018 cesaba la actividad en los locales de la licorería monástica, situados en la planta baja de este edificio, y en el almacén contiguo. Esto posibilitó plantear una nueva actuación en el monasterio para continuar la mejora de las condiciones de recepción de los visitantes y, como en la actuación anterior, prever la subsiguiente recuperación de la configuración de alguna de las dependencias medievales del monasterio para integrarla adecuadamente en la visita y seguir mejorando su organización.
La comunidad monástica manifestó al Departamento de Cultura y Deporte su interés en esta actuación, así como su disposición a renunciar, en beneficio de las personas que lo visitan, al uso actual de las dependencias de la planta baja de este edificio y del almacén anejo, y a ceder también para el uso de las personas visitantes el amplio jardín situado entre este edificio y el muro que delimita la plataforma ante los ábsides de la iglesia.
Mejora en la accesibilidad
La reforma ha consistido en trasladar los aseos públicos a la planta baja del edificio, junto con el bar, para así liberar la sala situada en el edificio medieval contiguo a la cripta denominada antiguamente del concilio. Además, se ha ampliado el edificio de recepción sustituyendo la edificación del almacén, que no reunía las condiciones estructurales, para completar la superficie necesaria en planta baja, y situar en la planta superior una sala para atender grupos de visitantes al monasterio, así como la construcción de una escalera y una rampa que garantice la accesibilidad universal y la adecuación del jardín.
A lo largo de 2019 se redactó el proyecto que incluía la adecuación de la planta inferior del edificio actual de recepción de visitantes y la ampliación, prolongándolo en la misma longitud que tiene el almacén –que sería demolido-, con un criterio formal de aspecto muy sencillo, semejante al edificio de recepción ya existente.
El Monasterio de San Salvador de Leyre es propiedad del Gobierno de Navarra. Fue adquirido por la Diputación Foral en el año 1937, y el 10 de noviembre de 1954, tras las obras de restauración, fue cedido en usufructo a los monjes benedictinos procedentes del monasterio de Santo Domingo de Silos para que se instalaran en el recinto monástico. Desde esa fecha la Diputación Foral primero, y el Gobierno de Navarra ahora, han realizado las obras de restauración y conservación necesarias para mantener este conjunto declarado monumento histórico.