46 días después, Jokin Altuna volvió a vestirse de blanco. Lo hizo este miércoles en el frontón Municipal de Mungia en una cita de gran calado, pues el Cuatro y Medio de San Fermín es una tortura física a las puertas del verano. El sacrificio de la jaula con un pasado cercano en blanco, dado que el campeón en curso apenas tuvo posibilidad de entrenar al estar convaleciente de una operación en el dedo índice de su mano izquierda –a lo que hay que sumar los problemas que arrastró durante el Manomanista–, fue un potro para el amezketarra. Un baile en el filo de un cristal. Mal asunto.
Ezkurdia afina la apisonadora
Peio Etxeberria le tumbó. Fue superior en todas las facetas. Lo mejor, como reconoció el guipuzcoano, es que no acabó con la mano “peor”. Es el inicio de un camino tortuoso por recuperar el ritmo. Es complicado. Es así. Campamento Base. Por delante: el ochomil del verano. Hay que mirar al futuro. El ayer es pasado. Horas de vuelo.
PEIO ETXEBERRIA FUE MEJOR
Peio Etxeberria fue mejor que Altuna III en Mungia y se anotó un triunfo justo. El de Zenotz castigó con la zurda, que le funcionó a la mil maravillas en el remate, dio velocidad al cuero, movió a su adversario y resistió en un epílogo en el que, a pesar de amasar un 12-21 a favor, estaba con el gancho. Aunque físicamente pasó apuros en los instantes finales y Altuna III se acercó en el marcador (15-21), la distancia era amplia y Jokin jugaba a contrapelo, incómodo y sin balas en la recámara.
Peio Etxeberria derrumbó la atalaya de Jokin en el acotado –ha sido finalista en las últimas seis ediciones del Cuatro y Medio oficial, con tres txapelas (2017, 2020 y 2021), y de las últimas cuatro del de San Fermín, con dos txapelas (2019 y 2021)– y se asoma a la semifinal programada para este viernes en el frontón de Sopela, a partir de las 22.00. El navarro se enfrentará a Joseba Ezkurdia, con quien comparte entrenamientos. El delantero de Arbizu viene de triturar a Danel Elezkano en cuartos de final (22-8).
En una modalidad tan complicada como la jaula, la diferencia de rodaje fue clave. Altuna III arribó con la zurda bien protegida, con bastante taco, para evitar que se le metiera ninguna pelota. Ese objetivo lo logró. La contraprestación fue no gozar. El primer tanto acabó del lado del pelotari colorado: una escapada sobre chapa. ¡Uy! Después falló con la izquierda al entrar a un pelotazo cruzado. En los primeros compases, el amezketarra estuvo serio. Encontró distancias. Se puso 4-1 y 6-2. Se anotó tres saques en ese tramo. Destacó en el primer disparo, su mejor arma.
EL NAVARRO SE LANZA
Peio Etxeberria admitió que era una prueba mental importante: las dudas sobre el estado de Jokin también planeaban sobre él. Se recompuso. Revivió. Buscó la izquierda del vizcaino, dio velocidad a la pelota y encontró fisuras. De lado a lado. Clínic del acotado. A Altuna III se le notaron las costuras: le costaba meter la pelota, darle dirección. Peio se lanzó a la yugular. La zurda fue un bisturí. Tacada de seis tantos en once pelotazos. Un par de parpadeos.
Sucede que, en la incomodidad del campeón, Etxeberria se vino arriba. Olió sangre. Altuna III peloteó para toparse con el 7-8 en una buena cortada. Un gancho al colchón de Jokin devolvió el saque al azul. Se puso 7-13. El amezketarra no reaccionó. Más sangre. 11-20. Peio excepcional. 12-21: tanto de 22 pelotazos. Duro. El navarro paró el partido, ahogado. Falta de saque. Jokin se revolvió hasta el 15-21. Un error colorado bajó el telón.