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Reala

La zurda de Sucic ya vale puntos

Un golazo del croata salva a una Real que encajó un gol en la primera jugada del partido y que se chocó una y otra vez contra un muro
El equipo txuri-urdin celebrando el gol de Sucic ante el Atlético de Madrid. / EFE
El equipo txuri-urdin celebrando el gol de Sucic ante el Atlético de Madrid. / EFE

La Real sigue con su mala racha en Anoeta. Los números no engañan y son tozudos. El equipo realista no fue capaz de imponerse a un Atlético lamentable que marcó en la primera jugada del encuentro y que no volvió a generar ninguna ocasión de peligro. Ninguna. Remiro fue un mero espectador el resto de los 90 minutos. Si se sienta en el banquillo, el resultado hubiese sido el mismo. Lo malo es que a este equipo txuri-urdin le cuesta horrores imponerse y superar a sus adversarios. Desde que encajó el tanto se lanzó a un ataque con muy poca contundencia, continuidad y peligro. Algo parecido a lo que le sucedió en la segunda parte del Anderlecht el jueves pasado. Lo que pasa es que esta vez tenía enfrente a uno de los entramados defensivos más firmes y pétreos de la Liga. Y en ventaja es aún más complicado generarle ocasiones de gol. Tampoco es el equipo con más mordiente del campeonato, lo cual invitaba a pensar que las iba a pasar canutas no ya para ganar, una circunstancia casi descartada desde que Julián Álvarez anotara, sino también para empatar.

Un disparo impresionante de Sucic a falta de pocos minutos para el final le permitió al menos salvar un punto. Era demasiado cruel que volviera a perder en Anoeta frente a un rival que había hecho lo mínimo para llevarse los tres puntos. En el fútbol no se puede hablar de suerte, pero también es verdad que en este inicio a esta Real Sociedad le esta faltando ese golpe de fortuna que le permita cambiar su destino. Una derrota hubiese sido un palo muy fuerte. Sobre todo porque los números no engañan y son muy preocupantes. Llegados a este punto no queda otra que recordarlos, pero al final es lo que provoca que a la afición se le quede esa sensación de amargura en los últimos tiempos.

No es de recibo, y resulta absolutamente inadmisible, que este año, 2024, la Real solo haya ganado cuatro partidos de 17 en casa. En otro destino el entrenador estaría en la picota y más que señalado, pero al menos aquí el oriotarra se ha ganado el bonus de que la gente mantenga la calma y, además, su lustro ha sido tan triunfal que todavía sigue sin escuchar ni una sola protesta. Eso sí, en un partido clave como el de ayer, en el que tiene que tratar de remontar un resultado adverso ante uno de los contrincantes más difíciles en defensa, llama mucho la atención que solo hiciera dos cambios y que no utilizara a ninguno de los dos 9 que han costado al club 20 millones de euros. Algo no cuadra.

El once de la Liga Imanol apostó por el once más reconocible y esperado tras lo sucedido en la derrota ante el Anderlecht. El técnico volvió a hacer diez cambios, como no podía ser de otra manera, tras su exagerada revolución del jueves, con la única variable inesperada y discutible de la entrada de Becker en lugar de un Barrenetxea que ha perdido bastante magia en sus últimas comparecencias. El resto, más o menos lo esperado, con Oyarzabal en la punta de ataque junto a Kubo y el de Surinam en las bandas para confeccionar un claro sistema táctico 4-3-3. Su esquema de cabecera sobre todo en los duelos de casa. 

Enfrente un Atlético de Madrid muy renovado pero con pocas caras esperadas. De los exrealistas solo salieron de inicio el que nunca falla, Griezmann, y Javi Galán, que apenas contaba hasta el derbi madrileño para Simeone. Sorloth esperó su turno en el banquillo y Le Normand se perdió un desagradable regreso ante su afición por una lesión cerebral muy peligrosa.

Después de una derrota dolorosa como la europea, que agudizó una mala racha angustiosa en Anoeta, lo peor que podía pasar es que a las primeras de cambio el Atlético, el gigante más defensivo de la Liga, se adelantara. No había pasado ni un minuto cuando Griezmann rompió a la espalda de la defensa y asistió con un taconazo sublime a Julián Álvarez, que no desaprovechó el regaló y batió a Remiro con un disparo cruzado desde dentro del área. Peor inicio, imposible. Tampoco es normal la sucesión de golpes que está recibiendo este equipo, pero el de ayer fue especialmente duro por el rival que tenía enfrente.

A partir de ese momento la Real comenzó a remar río arriba. Si esta campaña le estaba costando ser reconocible, la de ayer era una prueba de las más exigentes. Y al menos en la primera parte, que pareció una continuación del duelo ante el Anderlecht, el resultado fue preocupante. Muy pocas ocasiones y muy poco peligro ante un muro rojiblanco que se mostró muy cómodo en ventaja hasta el entreacto. Zubeldia desde lejos, Zubimendi y Aguerd, en una doble parada de Oblak, Aramburu también desde fuera del área, Oyarzabal tras un servicio en largo de Zubeldia que finalizó en un chut casi sin hueco, y Kubo, que lo había intentado en un par de ocasiones y en un chut al palo corto, no fueron capaces de restablecer las tablas para una buena Real con Remiro como mero espectador de lo que sucedía en el campo. Una pena. Demasiado castigo…

En la reanudación la Real arrancó fuerte y Kubo estuvo a punto de empatar tras recortar y disparar alto con su pierna derecha. Tras un pequeño susto en otra aparición brillante de Griezmann que Nahuel remató a botepronto desviado, Oyarzabal no logró disparar un gran pase de Sucic. Zubimendi apareció en posiciones muy adelantadas con una gran internada y un centro que Barrenetxea cabeceó alto, antes de que el croata conectara un disparo antológico a pase de Oyarzabal que se coló en la escuadra de un sorprendido Oblak. La Real no cesó en su empeño y se lanzó a por la victoria, pero solo dispuso de otra ocasión en un disparo de Kubo tras una contra en ventaja que se marchó alto.

La Real salvó un punto ante un candidato al título. Lo que en otro momento hubiese valido más, en esta ocasión se quedó en un bagaje muy corto. Sobre todo porque el conjunto colchonero simplemente da pena fuera de su estadio. Una vez más, los realistas podrán aprender que la actitud contemplativa con la que suelen iniciar los partidos conllevan muchas más cosas negativas que positivas. Y ayer pudo pagar muy caro que sin asentarse en el campo ya iba perdiendo 0-1. 

Al menos, con el paso de las semanas, vamos descubriendo nuevos secretos y armas de esta plantilla. Como la exquisita zurda de Sucic, que tiene pinta de que marcará muchos goles desde larga distancia. Algo que le faltaba desde hace mucho a este equipo. Una más de las carencias, que son muchas, y así va a ser complicado escalar posiciones con la rapidez que todos pensábamos y esperábamos.

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2024-10-07T08:17:06+02:00
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