La presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde, reiteró que si se mantienen los tipos de interés en sus niveles actuales del 4,50% por un tiempo “suficiente”, la tasa de inflación volverá al 2% que define la estabilidad de precios, si bien ha reconocido que los precios podrían repuntar en los próximos meses por la extinción del efecto base energético.
“Estamos en un nivel en el que creemos que, de mantenerse el tiempo suficiente, y este tiempo suficiente no es una frivolidad, [la inflación] regresará al objetivo del 2% a medio plazo”, aseguró Lagarde ayer viernes en el Global Boardroom organizado por el diario Financial Times.
Sin embargo, la jefa del instituto emisor paneuropeo advirtió de que podría observarse una próxima subida de la inflación a pesar de la notable caída del dato de octubre, que se situó en el 2,9% desde el 4,3% de septiembre. “Habrá un repunte de cifras probablemente más altas en el futuro, y eso es algo que esperamos ya”, afirmó.
Según explicó Lagarde, la ralentización de este proceso es achacable a que los altos precios de la energía dejarían de estar presentes en las comparaciones realizadas en términos interanuales, por lo que “se perdería el efecto base” ya en enero o febrero.
Por otra parte, la exministra francesa de Economía incidió en la importancia de que los Estados sean prudentes desde el punto de vista fiscal, ya que un gasto excesivo podría obligar al BCE a subir los tipos de nuevo para contrarrestar el mayor gasto aportado por unas políticas fiscales expansivas.
Hasta la segunda mitad del año
En este sentido, CaixaBank Research prevé que los tipos de interés podrían mantenerse en los elevados niveles actuales hasta la segunda mitad del año 2024, tras lo que podría haber un cambio de tendencia a la baja “aunque todavía con unas condiciones financieras claramente en zona restrictiva”. La entidad pidió “cautela” en la respuesta al freno de la inflación registrado en los últimos meses ante la complejidad del escenario geopolítico y el riesgo de que algunos precios hayan adquirido una mayor inercia que en el pasado. Así lo apunta en la editorial de su Informe Mensual de noviembre, en el que señala que la evolución de la inflación “está sujeta a una elevada incertidumbre”.
Esta incertidumbre afecta tanto a los factores “que escapan al control de los bancos centrales” como el precio del petróleo o la política fiscal, como a las dudas sobre la inercia de los componentes de la cesta de la compra, ya que los riesgos de efectos de segunda ronda aún se mantienen. La entidad ha explicado que esta cautela “se puede traducir en el mantenimiento de los tipos de interés en los niveles actuales” hasta la segunda mitad de 2024. En ese momento, puede haber un cambio de tendencia y se inicie la rebaja de los tipos de interés “aunque todavía con unas condiciones financieras claramente en zona restrictiva”. El informe destaca que 2024 “vendrá cargado de desafíos para la economía española”, ya que los vientos de cara que ha tenido en la segunda mitad de 2023 previsiblemente se mantendrán. A pesar de que los riesgos a la baja “son importantes”, el documento señala que también hay factores positivos como el buen comportamiento de la renta disponible y de la tasa de ahorro de las familias en el tercer trimestre.
Powell
“No está seguro”. El presidente de la Reserva Federal (Fed), Jerome Powell, reconoció que no está seguro de que el regulador estadounidense haya subido los tipos de interés lo suficiente como para lograr bajar la inflación al objetivo del 2%. “El Comité Federal de Mercado abierto (FOMC) está comprometido a lograr una postura de política monetaria que sea lo suficientemente restrictiva como para reducir la inflación al 2% con el tiempo, y no estamos seguros de haber logrado esa postura”, afirmó Powell en una mesa redonda sobre políticas fiscales.