Al principio de la temporada, cuando el Deportivo Alavés era incapaz de encontrar la fórmula con la que sumar puntos, uno de los principales problemas del equipo fue su nula capacidad para generar acciones de peligro sobre la portería rival. No obstante, con el paso de las jornadas, el conjunto babazorro fue mejorando en este aspecto y llegó un momento en el que, aunque el número de ocasiones no era demasiado elevado, sí que se sacaba mucho provecho de cada una de ellas.
Gracias a esto, los vitorianos encadenaron una racha muy positiva entre finales de octubre y mediados de diciembre, la cual les permitió sacar la cabeza del pozo, y, entonces, Javi Calleja decidió dar un paso más en su idea de "pelear por tener el balón". Algo que, sin duda, ha tenido un resultado muy positivo en cuanto al juego del Glorioso, que ahora se siente más cómodo con la posesión, pero que, sin embargo, no está dando resultados positivos.
Esto último se debe, principalmente, a que el Alavés ha perdido la efectividad en las áreas. Tanto en ataque, donde se crean muchas más ocasiones –y mucho más claras– que antes, pero se marcan muchísimas menos; como en defensa, la cual ha dado un claro paso atrás en las últimas semanas. Y ambas cosas se vieron claramente frente al Celta en la anterior fecha y también ayer contra el Granada, quien se llevó la victoria sin demasiados méritos.
La primera mitad de la escuadra gasteiztarra no fue muy positiva, eso es cierto. No obstante, en los segundos 45 minutos el dominio de los visitantes fue total. Los nazaríes fueron empujados hacia atrás y todo indicaba que el tanto del empate llegaría. No obstante, no lo hizo hasta que los locales se lo marcaron en propia. Y eso que, previamente, Joselu, Edgar, Rioja y, sobre todo, Toni Moya tuvieron acciones clarísimas para materializar.
Sin embargo, la efectividad en ataque es algo muy difícil de controlar. A veces la pelotita quiere entrar y otras veces no. Lo que sí se puede controlar –y ha hablado mucho Calleja de esto a lo largo de la presenta campaña– son los errores que facilitan a los rivales su labor. Algo que, últimamente, el Alavés no acostumbraba a hacer, pero que ahora vuelve a ser un quebradero de cabeza para el técnico madrileño después de recibir dos tantos por un error en la salida de balón y otro en la estrategia, la cual es el punto fuerte de los vitorianos.
En definitiva si en algo se había fundamentado la buena dinámica albiazul, había sido precisamente en la labor defensiva. El Glorioso venció al Cádiz, al Elche y al Levante porque recibió un solo gol en esos tres partidos. Unocerismo puro y duro que tantas alegrías ha dado al Paseo de Cervantes en los últimos años y que, en el actual, había empezado a dar buenos resultados.
Por tanto, lo que necesita urgentemente el conjunto babazorro para regresar a la senda del triunfo es recuperar su solidez atrás. Un objetivo, eso sí, que será mucho más sencillo si Víctor Laguardia está a su mejor nivel, lo cual no sucedió en Los Cármenes.
Joselu y Rioja
Por otro lado, como bien advirtió Calleja en la previa, también se necesita encontrar alguien que ayude a Joselu y Rioja en la faceta goleadora, porque, cuando ellos no están acertados, el equipo les echa en falta. Aspectos en el que, por ejemplo, Edgar debería ser más importante.
Cuando Joselu y Rioja no están acertados de cara a portería, el conjunto babazorro echa de menos un tercer hombre ofensivo