En un curso convulso, mediatizado por la dura caída del Giro de Italia que le trastrabilló el resto de la campaña, Mikel Landa puede al menos mostrar media sonrisa tras la ampliación de contrato con el Bahrain, donde seguirá dos campañas más, hasta 2023. La sintonía entre los rectores del equipo y el ciclista era total y el acuerdo ha cristalizado.
La de la renovación de Landa era un cuestión de tiempo. No había dudas entre ambas partes para continuar unidos. Solo la duración del contrato se discutió. En el mes de abril los deseos de ambas partes confluían, tal y como informó este periódico. "Las dos partes quieren seguir. Y si uno quiere estar y el otro no quiere que te vayas, lo normal es alcanzar un acuerdo", exponían entonces las voces consultadas por este periódico. Landa siempre se ha sentido querido, valorado y arropado en el Bahrain, que construyó una estructura para dotar al ciclista de lo necesario para seguir creciendo.
Después de tres experiencias en las que no pudo ejercer un liderato único, Landa se colgó de la propuesta inequívoca del Bahrain en 2020, dispuesto a ofrecer al escalador de Murgia un equipo armado a su medida. Landa sería el líder indiscutible. A diferencia de etapas precedentes, esa confianza y ese discurso se materializaron en hechos. El alavés es feliz en el Bahrain, donde tiene todo lo necesario para brillar, alejado de intrigas palaciegas.