El martes por la mañana se disputaron en el frontón de la Plaza de los Fueros las finales del Campeonato Virgen Blanca de Aficionados, cuya final senior se decantó del lado de Larrañaga y Markaida, que lograron imponerse a Landaluze e Isasmendi por un marcador de 22-13. Una final que no fue todo lo peleada que se podía esperar dada la superioridad de los campeones, que se apoyaron en el dominio de Markaida.
La mayor potencia del zaguero en comparación con la de su rival decantó el desarrollo del partido, siempre bien cubierto por la tranquilidad con la que jugó su compañero Larrañaga. Landaluze apenas pudo intervenir, y la mayoría de veces que lo hizo fue en defensa. El delantero de Amurrio y el bravo zaguero de Zaramaga no pudieron mandar como lo hicieron en semifinales y terminaron ondeando la bandera blanca ante el juego de Markaida, que ha estado imperial durante todo el torneo y tampoco falló en el duelo decisivo.
En categoría juvenil, Otxoa de Ocariz y Arriolabengoa se hicieron con el primer premio tras vencer en la final a Iker Cariñanos y Aitor Álava por 22-11. También en este partido el zaguero de Aramaio Markel Arriolabengoa fue quien marcó el desarrollo del mismo desde su potente pegada y la tranquilidad de su juego. Álava no fue capaz de romper el equilibrio de fuerzas y Otxoa de Ocariz jugó cómodo casi siempre.
El partido más peleado, sin duda, fue el que determinó el título de la categoría cadete. Palacios y Núñez –gran actuación la de ambos– ganaron por 22-19 a Rituerto y Ormazabal. La fuerza de Palacios delante y la formidable autoridad de Núñez detrás resultaron diferenciales. Sin embargo, a pesar de entrar muy tarde en el partido, Ormazabal se mostró como un zaguero luchador y efectivo y Rituerto como un delantero capaz, con calidad y casta, al que solo le falta fuerza para poder mandar en el peloteo. Buen partido, en líneas generales, el protagonizado por los cuatro cadetes.