En 2019 el joven fotógrafo Martín Barandalla visitó por primera vez el que está catalogado como el mejor espacio del País Vasco para observar águilas reales, situado cerca de Pobes, un concejo de Ribera Alta donde se conserva y cuida una gran diversidad de vida natural, entre la que destaca la presencia de estas aves que han convertido dicho espacio en su residencia.
Tras una primera inmersión en la que logró captar la esencia de las rapaces decidió iniciar una aventura para sumergirse en su hábitat y monitorizar mediante observación, fotografías y vídeos la actividad de las aves en esta zona de Álava. Así, durante nueve meses, todos los días el fotógrafo caminó una media de cuatro horas para poder explorar el inmenso territorio de las águilas en busca de nuevos descubrimientos que desvelaran las claves sobre sus hábitos y costumbres.
Ahora el trabajo realizado por el joven fotógrafo ve la luz gracias a una exposición de libre acceso que tiene lugar en el museo fotográfico vasco-francés Didam, situado en Baiona, inaugurada el pasado 9 de diciembre y que permanecerá abierta al público hasta el próximo 12 de febrero de 2023.
La exposición alberga un conjunto de veinticinco fotografías y un cortometraje de ocho minutos que muestran la vida de la pareja de águilas reales protagonistas de esta historia. Además, gracias al extenso material recopilado durante su larga estancia, Barandalla decidió crear una serie audiovisual que permite ampliar lo que sus fotografías esconden. En la creación de la serie el fotógrafo involucró a personas que todavía conviven cerca de las águilas como agricultores y cazadores, logrando captar la esencia de todo el entorno que estudió palmo a palmo.
El fotógrafo decidió realizar su trabajo con dos formatos bajo una misma premisa: proteger y fomentar la protección de la naturaleza. Para iniciar esta nueva andadura ningún tema parecía más apropiado para Martín Barandalla que el activismo en defensa de la naturaleza. Según ha comentado, para él las aves, las plantas y paisajes que nos rodean –y que ha captado a través del objetivo de su cámara– son un regalo a proteger.
Para ello, su filosofía se plantea como un código de entendimiento entre los individuos que habitan un espacio que es compartido con otras especies animales. Una exposición que en definitiva trata de transmitir la belleza de la naturaleza al mismo tiempo que fomenta el conocimiento y el respeto hacia el hábitat natural; una filosofía de vida a través del arte de la fotografía, desarrollado en este caso en el entorno de Pobes.