Varias alumnas y exalumnas de Urretxindorra Ikastola han denunciado la actitud del centro educativo al que consideran "cómplice y encubridor del profesor, apartado recientemente, tras haber sido denunciado por violencia machista contra menores.
Lo han hecho a través de un comunicado que han colgado en redes sociales con el título "No son mujeres, son niñas". En él relatan los casos de abusos sufridos por las estudiantes durante "los últimos 30 años" y responden a los comunicados difundidos tanto por la propia ikastola como por Ikastolen Elkartea. De hecho, acusan al centro de hacer caso omiso a las denuncias que se han presentado "en innumerables ocasiones a lo largo de los años". Insisten en que este caso "era algo conocido", ya que "los comentarios, miradas, y actitudes sexuales hacia las niñas sucedían delante de todo el mundo, profesores y padres y madres incluidas".
Según aseguran "se hablaba abiertamente y con naturalidad" de dichas agresiones; "los adultos consideraban que exagerábamos o les parecía divertido que a este señor le gustasen tanto las 'chavalas'", afirman. Por eso quieren dejar muy claro que no se trata de un caso de violencia contra la mujer sino de un caso de pederastia ya que las víctimas tienen entre 10 y 17 años.
Por eso, acusan al centro concertado de tener una actitud "de cómplice necesario y encubridor", ya que "amenazó y castigó" al alumnado que se atrevió a denunciarlo e intentó "silenciar a las víctimas mediante engaños". Además, consideran que ha existido "una dejación de las responsabilidades de todos los adultos que han conocido estos hechos", y que "la responsabilidad se ha delegado exclusivamente en las niñas, lo que supone una revictimización de las mismas".
Cese del profesor
Los hechos que están siendo investigados por el Departamento de Educación se conocieron tras la publicación de los testimonios de las propias víctimas en redes sociales. El profesor ha sido cesado. En el comunicado afirman que algunas alumnas de Urretxindorra Ikastola realizaron una queja formal a la dirección de centro en la que explicaban que ellas también estaban siendo víctimas y denuncian que desde la ikastola se "les mintió diciendo que los testimonios de hace más de tres años no eran válidos y que este profesor 'como persona ha podido llegar a cambiar', les exigieron nombres y apellidos de las víctimas (todas ellas menores). También se les pidió que no lo hiciesen público para que esto no se supiese fuera del centro y que el centro no se lo comunicaría a los padres, ya que 'no hay nada que informar'".
En el comunicado, estas niñas cuentan con detalle algunas de las agresiones sufridas. Destacan por ejemplo que hace 25 años "se coló con su cámara de vídeo en los vestuarios de las niñas mientras estas se cambiaban". Otro ejemplo que ponen es que preguntaba a los niños de clase "con quién y con cuántas de clase habían tenido relaciones" y que también "solía preguntar a las alumnas si querían que él las acompañase al baño".