Pelear por el ascenso a Primera División con una plantilla corta no es misión imposible; sobre todo, si se cuenta, como ocurre en el Deportivo Alavés, con varios futbolistas diferenciales y otros tantos que, pese a tener un papel secundario, no dudan en aportar al equipo cuando tienen la ocasión. Sin embargo, en el momento que un club decide seguir adelante con un vestuario que solo alberga 18 fichas profesionales, lo hace a sabiendas de que, en algún momento, andará justo de efectivos inevitablemente.
Una escasez con la que Luis García Plaza había lidiado sin demasiados problemas hasta ahora, pero que cada jornada que pasa, como es lógico, es más y más inquietante. Y ese sentimiento, sin ir más lejos, es el que transmitió el propio técnico madrileño el sábado, cuando, al término del partido, con el marcador en tablas, entre su escuadra y el Sporting de Gijón, explicó los contratiempos en la línea defensiva a los que tanto sus pupilos como él habían tenido que hacer frente a lo largo de la semana.
Porque es ahí, en la zaga alavesista, donde continúan la gran mayoría de los tormentos. Por si la ausencia de Aleksandar Sedlar, quien recayó de su lesión muscular en los primeros compases del choque contra el Albacete, no era motivo de preocupación suficiente, el entrenador babazorro tuvo que dar alternativa a Rubén Duarte, presente en el banquillo con molestias, y también arriesgó con el canterano, y titularísimo, Abdel Abqar, que no había podido entrenar con sus compañeros a lo largo de toda la semana.
Una apuesta que afortunadamente salió bien, pues el zaguero marroquí volvió a demostrar por qué es el defensor en mejor forma del Alavés, pero que solo sirve para salir del paso, ya que el cuerpo técnico albiazul deberá seguir su evolución en los próximos días para valorar si llega o no en condiciones óptimas al partido frente al Real Oviedo de este sábado (18.30 horas). Es decir, salvo giro positivo de los acontecimientos, el serbio Nikola Maras es en la actualidad el único central natural de la plantilla que está al cien por cien.
Además de Sedlar, Duarte y Abqar, el técnico madrileño también se mantiene a la espera de Víctor Laguardia, cuya preparación de 21 días le iba a permitir entrar en la convocatoria frente al cuadro carbayón. No obstante, el jugador maño no ha evolucionado físicamente tal y como se esperaba y, según afirmó el propio Luis García en su comparecencia del viernes, lo lógico ahora es que forme parte de la expedición gasteiztarra a Los Campos de Sport de El Sardinero, donde espera el Racing el próximo martes.
Ahora bien, no todo son malas noticias; algo positivo, en ese mismo sentido, es que Nahuel Tenaglia ya se ha recuperado del esguince que sufrió tras el duelo ante el Burgos y su vuelta reabre la opción de colocarle a él o a Anderson Arroyo en el núcleo de la línea defensiva si este pierde más efectivos. A ambos les caracteriza su polivalencia para jugar en el centro y, además, el colombiano ha ofrecido un nivel más que aceptable en sus últimas intervenciones, por lo que ya cuenta como otra alternativa de garantías.
Sylla y Benavídez
Quien, sin embargo, aún desconoce cuándo volverá a vestir la zamarra albiazul es Mamadou Sylla. El delantero senegalés cayó lesionado en Ibiza y, aunque durante varios días el Alavés fue positivo sobre su regreso, no ha vuelto a aparecer en una convocatoria desde entonces. Esta semana, en principio, debería decidirse si pasa por el quirófano o no, pero, en cualquiera de los casos, Miguel De la Fuente y Taichi Hara van a temer que seguir cargando con la responsabilidad del nueve.
Por otro lado, una ausencia ya segura para afrontar la visita del Real Oviedo a Mendizorroza es la de Carlos Benavídez. El centrocampista uruguayo, fundamental en el esquema de Luis García, ha sido el primer albiazul en alcanzar las cinco tarjetas amarillas y, en consecuencia, deberá cumplir un partido de sanción. Algo que muy pronto también podrían hacer Duarte y Salva Sevilla, con cuatro y tres amonestaciones respectivamente. Más ausencias, aunque estas más previsibles que las lesiones.