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La economía vasca crecerá el año que viene un 2,2%, según las previsiones de Eusko Ganberak, el organismo que agrupa a las cámaras de comercio de Bizkaia, Gipuzkoa y Araba, que esta mañana han dado a conocer sus estimaciones para 2025, marcadas por un "moderado optimismo" en materias como las ventas, las exportaciones, el empleo y las inversiones, si bien todos los cálculos se encuentran, entre otras variables, a expensas de los acontecimientos internacionales que están provocando un 'shock' en la economía, como la guerra en Ucrania, el conflicto en Oriente Medio o las nuevas condiciones para el comercio que van a surgir con el regreso de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos el mes que viene.
Los tres presidentes de las cámaras han comparecido esta mañana en Bilbao para anunciar la "renovación" de su alianza, que "es fundamental para impulsar la competitividad" de las empresas vascas, destacó Gregorio Rojo, presidente de la alavesa y, por turno rotatorio, actual máximo responsable de Eusko Ganberak.
En su discurso, Rojo señaló que los retos a los que se enfrenta el tejido empresarial -formación, sostenibilidad, digitalización y descarbonización, entre los más importantes- constituyen tareas para las que las compañías pueden contar con el apoyo de las cámaras. "Somos un socio clave y actuamos como facilitadores a las empresas para que puedan crecer, competir y prosperar", dijo Rojo, para quien "el contexto actual exige una colaboración aún más estrecha" entre las tres cámaras.
El secretario general de Eusko Ganberak y directoe general de la Cámara de Araba, Santigo Berrueco, detalló las previsiones para el próximo año, basadas en una encuesta a cerca de 800 empresas. En general, el crecimiento económico que se espera es del 2,2%, una décima más que lo apuntado por el Gobierno vasco para el año que viene. En cualquier caso, se mantiene la confianza en una evolución muy parecida a la del año que se cierra.
Berrueco indicó que, según el estudio, las empresas vascas manifestaron que el trazado de su actividad "ha ido por debajo de lo inicialmente previsto el año precedente" en aspectos como ventas interiores, exportaciones y empleo -aunque han sido positivas, matizó- y, sin embargo, "las inversiones se han desenvuelto mejor de lo esperado".
El estudio refleja un crecimiento de la confianza empresarial de 4 puntos (del 11,7 al 15,7) para el año que viene fruto de que son más las empresas que esperan mejorar que empeorar en ventas nacionales (+17,5 puntos), exportaciones (+28,8), empleo (+4,7) e inversiones (+11,7).
Sobre las ventas a nivel estatal, la gran mayoría (52,5%) apuesta por un mantenimiento de las mismas, con apenas un 14,8% que creen que caerán. "A pesar de estos datos, se debe tener cierta cautela. Si bien la inflación está disminuyendo lentamente y los precios al consumidor están cayendo gradualmente, todavía están en su nivel más alto, lo que puede justificar la preferencia de los hogares por el ahorro sobre el consumo", explicó Berrueco.
En cuanto a las exportaciones, con las economías de Francia y Alemania en dificultades, las razones para el optimismo se sustentan en destinos como México y China, que "van a seguir hacia arriba", subrayó Berrueco. Casi cuatro de cada diez empresas creen que las ventas exteriores crecerán, mientras que el 50% apunta a un mantenimiento. "Sin embargo, las tensiones geopolíticas actuales y la incertidumbre generalizada pueden pesar sobre los niveles de exportación que se esperan para 2025", añadió.
En cuanto al empleo, "las expectativas siguen siendo de un crecimiento sostenido". La respuesta mayoritaria (77,1%) es que las plantillas mantendrán su número de trabajadores, mientras un 9,1% cree que reducirá empleo y un 13,8% que lo incrementará, especialmente en industria y construcción. "De todos modos, no debemos olvidarnos de los desafíos estructurales relacionados con la falta de mano de obra cualificada que pueden complicar las perspectivas de empleo, mientras que el aumento de los costes laborales puede limitar aún más la disposición de las empresas a contratar", reveló Berrueco. En este sentido, los costes laborales constituyen una de las partidas que más van a condicionar la evolución empresarial en 2025, debido sobre todo a la inflación en los salarios. La escasez de talento especializado hace que la sempresas 'fichen' trabajadores en otras empresas, lo que provoca que las firmas tengan que hacer un esfuerzo salarial para mejorar las condiciones de esos trabajadores.
Asimismo, los desafíos en materia regulatoria son otra de las materias que más preocupan a los empresarios, ya que los requerimientos y obligaciones en materia de sostenibilidad que marca Bruselas hace que deban destinarse abundantes recursos en esa dirección. Sin embargo, la descarbonización es una tarea que "hay que hacer sí o sí", apuntaron los dirigentes de las cámaras. Sobre la descarbonización, el presidente de la Cámara de Bilbao, José Ignacio Zudaire, ha sostenido que la UE debe "acompasar" el proceso a la competitividad de las empresas y "no ir demasiado rápido" y que se vean perjudicadas ante competidores de países sin esas exigencias.