Navarra

Las catas arqueológicas en el Paseo de Sarasate corrigen la extensión de la ciudad romana

Paseo Sarasate.

Pamplona, como ciudad romana en la época altoimperial, se extendía más al sureste de lo que hasta ahora se pensaba, con su límite en algún punto entre la calle García Castañon y la plaza del Vínculo. Además, la evidente diferencia de altura entre el Paseo de Sarasate y las calles adyacentes del Casco Antiguo se debió, con toda probabilidad, al vertido de tierras extraídas en el entorno de la Ciudadela para la construcción de las fortificaciones modernas.

Estas son dos de las conclusiones que arroja el estudio arqueológico del Gabinete TRAMA que en mayo comenzó a realizar hasta 12 sondeos en el Paseo de Sarasate y su entorno. Eran estudios preliminares marcados por la normativa del Plan Especial de Protección y Reforma Interior (PEPRI) de cara a las obras que renovarán gran parte de los servicios soterrados que alberga el paseo, además de instalar otros nuevos. Durante las obras de reurbanización está previsto cambiar colectores de evacuación de aguas residuales, conductos de agua de boca, de pluviales y también de electricidad, alumbrado urbano y telecomunicaciones. El informe arqueológico se remitirá para su estudio a los técnicos de Príncipe de Viana (Gobierno de Navarra), con carácter previo de la licitación de las obras.

En estos meses se ha excavado en un espacio acotado por el propio paseo, la calle Trinidad Fernández Arenas y tramos de las calles García Castañón, Alhóndiga y Vínculo, hasta sus intersecciones con la calle Estella, todos estos espacios que se sitúan en lo que fueron los márgenes de la ciudad histórica: por un lado los arrabales de la ciudad romana -de la que no se conserva documentación escrita- y, por otro, la salida de la ciudad y primera área extramuros de la ciudad medieval tras su primera expansión después de la fundación del Burgo de San Cernin y la Población de San Nicolás.

Busquedas, descubrimientos y hallazgos

Los datos sobre el asentamiento romano son los más llamativos o concluyentes de los extraídos en esta campaña arqueológica. El sondeo número 8 (a la altura el número 3 del paseo) y el desarrollo de otras catas hacia la avenida de San Ignacio parecen extender la ciudad romana de época altoimperial, desde el Noreste del paseo, hasta un límite que coincidiría aproximadamente con algún punto entre García Castañon y la calle del Vínculo, una extensión superior a la que hasta ahora se barajaba.

En la acera Norte del Paseo de Sarasate se ha buscado el frente Sur de la la muralla medieval del Burgo de San Nicolás, de la que –aunque está documentada por escrito- no se han hallado indicios, ni siquiera de que el frente de la muralla esté debajo de las fachadas de las actuales construcciones. Sólo la aparición de un tramo ataluzado de muralla moderna permite pensar a los arqueólogos que este lienzo se apoyaba sobre la antigua estructura medieval, que de esta forma quedaría más atrás de lo previsto inicialmente.

Respecto a la búsqueda de elementos de época moderna y contemporánea, incluso de carácter militar, aunque en esos momentos los frentes de murallas ya estaban alejados de esta zona, se ha llegado a algunas conclusiones. Por los materiales recuperados que aparecen de forma mayoritaria y recurrente (XVI-XVIII) en los sondeos se constata que al Paseo de Sarasate fueron a parar muchas toneladas de tierra removidas durante la excavación del cinturón de murallas renacentistas y que, más allá de colmatar el foso medieval, hicieron que se elevara la cota del terreno de forma apreciable, aún en la actualidad. Como ejemplo, la diferencia entre las puertas Norte y Sur de la iglesia de San Nicolás que están 1,60 m por debajo de la cota en la que se abre la puerta del templo que da al paseo.

23/07/2021