Vida y estilo

Las cinco cosas que no son tan saludables como pensamos, según un cardiólogo

La clave para una vida sana está en la información actualizada y en adoptar hábitos equilibrados
Mujer disfruta de un plato de carne y acompaña la comida con una copa de vino. / Freepik

En la búsqueda de un estilo de vida saludable, muchas personas adoptan ciertos hábitos con la convicción de que son beneficiosos para su salud. Sin embargo, a medida que avanza la investigación médica, se ha demostrado que algunas prácticas que antes se consideraban saludables podrían no ser tan beneficiosas como se pensaba.

El cardiólogo José Abellán ha identificado cinco de estos casos, que a menudo generan confusión y pueden incluso tener efectos adversos en la salud cardiovascular.

1. Huevos

Durante años, los huevos han sido objeto de debate en el mundo de la nutrición. Son una fuente rica en proteínas y nutrientes esenciales, pero su consumo en exceso podría no ser tan inofensivo. Según el doctor Abellán, si bien los huevos son un alimento natural y nutritivo, algunos estudios sugieren que su ingesta frecuente podría aumentar el riesgo de enfermedades cardiovasculares en comparación con una dieta rica en vegetales y alimentos integrales. La clave está en el equilibrio y en moderar su consumo dentro de una dieta variada y saludable.

En cuanto a la cantidad recomendada, las directrices varían. La Fundación Española del Corazón sugiere consumir un máximo de cinco huevos por semana, reduciendo esta cantidad a dos o tres si se tienen niveles elevados de colesterol en sangre. Por otro lado, expertos de la Universidad de Harvard indican que hasta siete huevos semanales pueden ser seguros para la mayoría de las personas.

2. Vino

Existe la creencia popular de que una copa de vino al día puede ser beneficiosa para la salud cardiovascular. Sin embargo, el cardiólogo advierte que, aunque algunos estudios han encontrado una reducción en el riesgo de infarto, el alcohol sigue siendo una sustancia tóxica para el corazón.

El consumo habitual de vino puede aumentar el riesgo de arritmias y de insuficiencia cardíaca a largo plazo. Por ello, Abellán recomienda no considerar el vino como un "protector" del corazón y buscar otras formas de mejorar la salud cardiovascular sin recurrir al alcohol.

Primer plano de una mujer bebiendo una copa de vino tinto. Freepik

3. Carne roja

El consumo de carne roja ha sido señalado en numerosos estudios como un factor de riesgo para diversas enfermedades. Aunque no esté procesada, el doctor Abellán explica que su consumo habitual puede incrementar las probabilidades de desarrollar ciertos tipos de cáncer, como el de colon, además de aumentar el riesgo de problemas cardiovasculares. Para una alimentación más saludable, se recomienda priorizar fuentes de proteína vegetal o carnes magras como el pescado y el pollo.

4. Leche

La leche ha sido promovida durante décadas como un alimento fundamental para una buena salud ósea y general. Sin embargo, el especialista destaca que, aunque es una buena fuente de nutrientes esenciales, no es imprescindible en la dieta.

De hecho, según Abellán, diversos estudios han indicado que sustituir la grasa láctea por grasas de origen vegetal puede reducir el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares. Esto sugiere que el consumo de leche debe ser una elección personal y no una obligación dietética.

5. Caminar

Caminar es una de las actividades físicas más recomendadas para mantener un estilo de vida activo, pero el cardiólogo advierte que este ejercicio por sí solo no es suficiente. Para mantener una buena salud muscular y cardiovascular, es esencial complementar la actividad aeróbica con ejercicios de fuerza.

La masa muscular juega un papel clave en la protección de la salud general, por lo que incorporar ejercicios de resistencia en la rutina diaria puede marcar una gran diferencia en el bienestar a largo plazo.

Chica combina caminar con ejercicios de fueras en casa que realiza con ayuda de unas mancuernas. Freepik

¿Qué hábitos saludables deberíamos incluir en nuestro día a día, según los expertos?

Aunque algunos hábitos considerados saludables pueden no ser tan beneficiosos, hay prácticas respaldadas por la ciencia que sí contribuyen al bienestar general.

Mantener una alimentación equilibrada es fundamental, priorizando el consumo de frutas, verduras, proteínas magras y grasas saludables. Optar por alimentos frescos y variados permite aportar al organismo los nutrientes esenciales para su funcionamiento.

Realizar actividad física de manera regular es otro pilar clave. Combinando ejercicios aeróbicos con entrenamientos de fuerza se fortalece tanto el sistema cardiovascular como la masa muscular, lo que ayuda a prevenir múltiples enfermedades. Asegurar una buena hidratación también es esencial. Beber suficiente agua a lo largo del día favorece el funcionamiento óptimo de los órganos y ayuda a mantener los niveles de energía adecuados.

Joven realiza una pausa durante su entrenamiento para beber agua y mantenerse hidratada. Freepik

Tampoco se debe pasar por alto el descanso de calidad. Dormir entre 7 y 9 horas por noche contribuye a la regeneración celular, mejora el rendimiento cognitivo y refuerza el sistema inmunológico.

Manejar adecuadamente el estrés es otro aspecto determinante en la salud. Incorporar técnicas de relajación como la meditación, la respiración profunda o el yoga puede ayudar a reducir la ansiedad y mejorar el equilibrio emocional.

Por último, evitar el consumo de tabaco y alcohol es una de las mejores decisiones para preservar la salud a largo plazo. Reducir o eliminar estas sustancias disminuye el riesgo de enfermedades cardiovasculares y otros problemas crónicos.

21/02/2025