Entrar en un coche moderno es acceder a un complejísimo universo de tecnología. Cada vez quedan menos acciones que se realicen manualmente dentro del vehículo; casi todo funciona de forma automática, con sensores y elementos que favorecen una mayor seguridad y una experiencia de conducción más confortable.
Ya no sólo es que las llaves sean electrónicas o que se pueda consultar y modificar numerosos parámetros de conducción, confort y seguridad a través de las pantallas táctiles, sino que también es posible, por ejemplo, analizar el comportamiento y el consumo del vehículo por medio de aplicaciones instaladas en el teléfono móvil.
Como si fuera un ordenador
Como si se tratara de un ordenador, tanta tecnología y conectividad también permite que pueda ser utilizada para fines más perversos, como robar el coche a través del hackeo: la introducción de los ladrones de forma no autorizada en el sistema informático de un coche con el objetivo de controlarlo total o parcialmente. Los robos por este método van adquiriendo relevancia dentro de unas estadísticas del Ministerio del Interior que señalan que en España se roban 89 coches cada día.
El Real Automóvil Club de España (RACE) afirma que si están creciendo los robos de los hackers es principalmente porque los coches nuevos se conectan a internet y eso abre un nuevo mundo de posibilidades para los ladrones. Unos coches que además, cuentan con numerosas centralitas con software que controlan su funcionamiento mediante una red interna CAN (Controller Area Network). Hoy en día casi todos los sistemas, como la navegación, la dirección, la aceleración o los frenos, se gestionan de manera electrónica, lo que incrementa las opciones de que se metan en nuestro coche.
Cinco maneras de hackear
Existen unas cuantas maneras de hackear un coche, pero estas son las cinco más comunes:
- Clonado de la llave electrónica: estas llaves emiten unas señales que los ladrones pueden interceptar para así poder abrir el coche y arrancarlo.
- Por USB: los vehículos actuales cuentan con uno o varios puertos USB, por los que los hackers pueden introducir un software malicioso.
- Por OBD-II: los coches modernos tienen un puerto OBD que permite conectarse con la centralita del vehículo. Este es el método de hackeo más común hoy en día para robar un coche.
- Hackeo por acceso remoto en la red interna: entran a través de la red CAN y pueden manipular la dirección o los frenos. También pueden acceder a otras informaciones a través de los sistemas de infoentretenimiento.
- Por la app del coche en el teléfono: si se tiene instalada una aplicación en el teléfono móvil que controla algunos parámetros del coche y no cuenta con todas las medidas de ciberseguridad podrían hackear el teléfono para controlar el vehículo.
Una nueva normativa europea
Para evitar las nuevas vías de acceso de los malhechores a nuestro vehículo se han aprobado una serie de regulaciones internacionales que entraron en vigor el 1 de julio de este 2024, fecha a partir de la cual todos los vehículos que se venden en Europa deben cumplir con una nueva normativa de seguridad: la WP.29.
Así, se establecen unos estándares mínimos de ciberseguridad que los fabricantes deben cumplir y que obliga a proteger el software instalado en los coches de al menos 70 amenazas informáticas. Además, debe recibir actualizaciones remotas que le aseguren ante nuevas amenazas sin necesidad de acudir al concesionario y debe asegurar la privacidad de los usuarios y los datos del vehículo.
Qué hacer en caso de robo
Si nos damos cuenta de que nos han robado el coche (puede pasar que no recordemos dónde lo teníamos aparcado) lo primero que hay que hacer es denunciarlo en una comisaría de Policía o a través de su oficina virtual. También hay que dar de baja el coche en Tráfico cuanto antes, por si la Policía no se ha puesto todavía en contacto. Y por último debemos llevar la denuncia de la Policía a nuestra aseguradora, o hacérsela llegar por el medio que nos indiquen, y nos informará de qué es lo que nos cubre la póliza que tenemos contratada.