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Las cooperativas celebran en 2025 su año internacional con la vista puesta en crecer

El tejido reivindicará su importancia social y económica coincidiendo con la efeméride de Naciones Unidas
La cooperativa de trabajo asociado es la fórmula más empleada en la CAV y Nafarroa para constituir una sociedad de este tipo. / Pixabay

El año entrante será especial para uno de los pilares de la economías de la CAV y de Nafarroa. Naciones Unidas ha declarado 2025 como el Año Internacional de las Cooperativas, un modelo firmemente consolidado en la estructura económica de ambos territorios y que, en tiempos de desafíos a todos los niveles para las sociedades, articula un funcionamiento basado en la participación, la sostenibilidad y la cercanía.

Bajo el lema ‘Las cooperativas construyen un mundo mejor’, la ONU invita a todos los Estado miembro a aprovechar este evento para promover y difundir la contribución de las cooperativas al progreso social y económico de los países, una oportunidad aún más destacable si cabe teniendo en cuenta el rol que aportan para cumplir los Objetivos de Desarrollo Sostenible inscritos en la Agenda 2030.

Los números dejan a las claras la importancia del cooperativismo. En Euskadi, rozan las 1.400 empresas, con un volumen de 62.000 trabajadores. En Nafarroa, por su parte, el listado de cooperativas está en la misma línea, con alrededor de 20.000 empleos en la Comunidad pertenecientes al ámbito específico de la economía social. A nivel del Estado, la economía social en España comprende 74.606 sociedades que generan 2.505.607 empleos, según un reciente informe elaborado por la Confederación Empresarial Española de la Economía Social (CEPES).

“El año 2025 va a ser de celebración y de difusión del valor del cooperativismo y, en particular, de la cooperativa de trabajo asociado, cuyo éxito en Euskadi no tiene parangón en el resto del mundo y es referente internacional”, apunta Iñaki Nubla, director de Konfekoop, la Confederación de Cooperativas de Euskadi, que destaca asimismo la creciente atención e interés que despierta este modelo en el exterior. “Recibimos muchas visitas desde países asiáticos, como Japón y Corea del Sur, interesados en conocer su funcionamiento, en especial del Grupo Mondragon”, remarca.

“El fin último de las cooperativas es construir un modelo económico donde las personas sean el centro, no los intereses privados o el capital”, subraya Nubla, que destaca como objetivos principales “proporcionar bienestar económico a sus miembros, promover la equidad y la inclusión, fomentar el desarrollo sostenible, fortalecer la comunidad e incentivar la educación y la formación”. Todo ello mediante mecanismos como el empoderamiento económico, el desarrollo comunitario, el fomento de la democracia económica, la sostenibilidad ambiental y la reducción de la desigualdad. En un contexto como el actual, donde el cambio climático y los desequilibrios sociales se presentan como dos de los problemas más urgentes a nivel mundial, el cooperativismo trata de ofrecer soluciones. “Muchas cooperativas trabajan con prácticas responsables que protegen el medio ambiente, adoptando soluciones innovadoras en energía limpia, agricultura regenerativa y gestión de residuos”, destaca el director de Konfekoop, que subraya al mismo el esfuerzo de estas firmas por “proporcionar oportunidades equitativas a sus socios, asegurando que los beneficios se distribuyan de manera justa, sin concentrarse en unos pocos”.

El año que se clausura ha traído “muy buenos resultados” para Konfekoop. “Después de muchos años se ha admitido nuestra presencia en el consejo de administración de Lanbide. Desde ahí se toman muchas decisiones sobre políticas de empleo. Convertirnos en partícipes de esas decisiones va a ser muy importante”, subraya el director de Konfekoop. Además, en materia de fiscalidad, apunta Iñaki Nubla, se han producido avances en la legislación sobre cotización a la Seguridad Social de los trabajadores autónomos. Por otra parte, el organismo ha trasladado al lehendakari, Imanol Pradales, la necesidad de diseñar una “fiscalidad inteligente” para el cooperativismo, de forma que el sistema tributario “proteja el modelo de empresa cooperativa y garantice su competitividad en un entorno global”. En este sentido, al ser una competencia foral, el cooperativismo está a la espera de los resultados de los debates sobre las ponencias fiscales en las Juntas Generales de cada Territorio Histórico, con el primer trimestre como el período en el que podrían conocerse las líneas maestras definitivas de la fiscalidad.

A escasas semanas de cumplirse cinco años del estallido de la crisis de la pandemia, las cooperativas trazan un balance satisfactorio del recorrido. “Se ha demostrado que el tejido cooperativo cuenta con una gran resiliencia ante los problemas y una capacidad de adaptación muy fuerte a las circunstancias, porque el propietario es trabajador al mismo tiempo”, indica Iñaki Nubla.

En Nafarroa, la travesía también se asienta sobre cimientos sólidos. Según los datos de ANEL (Asociación de Empresas de Economía Social de Navarra), el empleo en cooperativas se ha incrementado en más del 25 % desde 2021, mientras que el número de cooperativas ha crecido un 54%. Otros datos que reflejan la fortaleza del cooperativismo en Navarra se manifiestan en el hecho de que en 2023 se crearon 96 nuevas firmas, un 20% más que el año anterior, y que el 43% de las mismas fueron promovidas por mujeres.

De cara a 2025, entre las citas previtas para conmemorar la efeméride, destaca la apertura, el próximo 16 de enero en Donostia, del “hub de vanguardia”, un proyecto estratégico ideado para fomentar e impulsar la economía social y que contará con un consejo asesor internacional integrado por figuras de todo el mundo. “El cooperativismo no solo es un legado de Euskadi, es una solución para el futuro que prioriza a las personas, la sostenibilidad y la democracia económica”, concluye.

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31/12/2024