Las cooperativas industriales vascas facturaron casi un 10% más el año pasado

donostia

– El segmento industrial de la economía social vasca fue el año pasado el principal motor de crecimiento de la actividad del sector. En un ejercicio marcado en general por la incertidumbre, la subida de precios de la energía y las materias primas, los cuellos de botella en los suministros y, de nuevo, por las restricciones de la pandemia, las cooperativas vascas de industria aumentaron en 2021, el empleo un 1,68% mientras que la facturación repuntó un 9,58%.

Es un ritmo que casi triplica el del conjunto de las empresas de raíz social, que avanzó un 3,63%. Dentro del mundo cooperativista, que soporta mejor situaciones delicadas en el ámbito económico, la división manufacturera está un par de pasos por delante.

Son datos aportados ayer por la viceconsejera de Trabajo y Seguridad Social, Elena Pérez Barredo, en un comparecencia con motivo del Día del Cooperativismo, que se celebra hoy. La número dos de Trabajo destacó “la fortaleza” de los valores cooperativos y su compromiso público también “ante las nuevas amenazas a la economía”.

También tomaron parte en la rueda de prensa el presidente del Consejo Superior de Cooperativas de Euskadi (CSCE-EKGK), Patxi Olabarria, y la presidenta de Konfekoop, Rosa Lavín. En su intervención, Pérez Barredo dio a conocer los datos del estudio que cada dos años realiza la Dirección de Economía Social y que se refieren al año en el que estalló la pandemia, según los cuales, a pesar del parón económico, había 1.921 empresas cooperativas con 2.713 establecimientos cooperativos, es decir un 4,7% más que en 2018.

Estas sociedades daban empleo a 53.524 trabajadores, es decir, el 5,8% de la población ocupada vasca, aunque “la fortaleza” del cooperativismo industrial asciende al 10,3%, lo que supone un incremento del 0,3%, mientras que la población ocupada en dicho periodo bajaba un 0,6%.

Según explicó, estos datos se han producido en un contexto de “mayor apoyo público”, tanto en el ámbito normativo, como ha sido el despliegue de la Ley de Cooperativas aprobada antes de la pandemia, como en los recursos públicos.

Estos recursos se han incrementado de forma notable, prosiguió la viceconsejera, con la habilitación de 7 millones de euros añadidos, dirigidos a atender las emergencias derivadas de la guerra en Ucrania.

principios fundamentales

Por ello, la viceconsejera consideró que, ante las nuevas “sombras” económicas, “más que nunca, los principios cooperativos se muestran fundamentales”. Del mismo modo, consideró que una de las líneas a reforzar será la creación de cooperativas de producción energética que ayuden a disminuir los costes energéticos de otras cooperativas.

También se presentaron las conclusiones de un estudio para fijar el grado de conocimiento que tiene la población universitaria vasca sobre el mundo cooperativo. Fue el presidente del CSCE-EKGK, Patxi Olabarria, “entidad única en el mundo cooperativo mundial por su carácter público-privado y por su labor de promoción y difusión”, quien hizo públicos los datos de este último estudio realizado entre matriculados en las tres universidades de Euskadi: Mondragon Unibertsitatea, Deusto y UPV/EHU.

El sondeo, realizado con 555 encuestas, revela que el 74% de los encuestados cuenta con el suficiente conocimiento sobre las empresas cooperativas. De hecho, son más reconocidas que otro tipo de figura jurídica como las sociedades anónimas o limitadas y, además, casi el 60% admite que el modelo cooperativo atrae a una parte significativa del talento futuro y considera que el cooperativismo vasco es “un referente mundial”. Olabarria asumió el “reto” de “ilusionar y atraer” a los jóvenes a la economía social. l