El número de mujeres que denunció el año pasado haber sido víctima de una agresión sexual se disparó un 38% en Bizkaia: de las 151 que lo hicieron entre enero y septiembre de 2021 se pasó a las 209 de ese mismo periodo en 2022. Es una lacra, lejos de cesar, se acrecenta cada vez más; las 224 denuncias de 2021 –último año con datos del ejercicio completo cerrados–, supone prácticamente duplicar las de los últimos cinco años.
El año pasado, 224 mujeres fueron víctimas en el territorio de delitos contra la libertad sexual, según datos del departamento de Seguridad del Gobierno vasco recopilados por el Observatorio de Violencia Machista de Bizkaia. El número –y hay que tener en cuenta que únicamente son los casos denunciados– supone volver a cifras prepandemia: en 2019 se produjeron 233 ataques de este tipo en nuestro territorio.
El incremento que estos delitos en los últimos años ha sido exponencial: en solo cinco ejercicios las cifras prácticamente se han duplicado, pasando de las 122 víctimas en 2016 a las 224 de 2021.
Las agresiones se concentran sobre todo en fin de semana: más de la mitad de ellas se registran en viernes, sábado o domingo. Entre 2015 y 2021, se produjeron un total de 168 delitos contra la libertad sexuales en viernes, 254 en sábado y 289 en domingo. Para hacerse una idea de la magnitud de las cifras, en lunes fueron 140, 133 en martes, 147 en miércoles y 130 en jueves.
También es muy significativa la edad de las víctimas: de las 244 mujeres que sufrieron una agresión sexual el año pasado en Bizkaia, 86 eran menores de edad, lo que supone más de un tercio de ellas. Si se amplía el rango hasta los 30 años, el 73,6% tenía menos de esa edad.
Las agresiones sexuales comprenden cualquier atentado contra la libertad e indemnidad sexual de otra persona, realizado con violencia o intimidación. Dentro de estas se encuentra la violación: cuando la agresión sexual consiste en la penetración del pene por vía vaginal, anal o bucal o la introducción de cualquier clase de objeto o miembros corporales, por ejemplo los dedos. Los abusos sexuales comprenden también cualquier atentado contra la libertad e indemnidad sexual, pero realizado sin violencia ni intimidación, aunque siempre sin que medie el consentimiento.