Ultima Josean Fernández, Matxin, Mánager deportivo del UAE, lo detalles para encarar un Tour en el que Tadej Pogacar asoma como el principal candidato a la victoria. El esloveno llega a la cita francesa, que comienza el sábado en Florencia, repleto de confianza tras exhibirse en el Giro y ofrecer lo mejor de su repertorio en lo que va de curso.
Además, el rendimiento de Jonas Vingegaard, campeón de las pasadas dos ediciones, es una incógnita que revelará el Tour. El danés se cayó en la Itzulia y desde entonces no se ha puesto un dorsal. “Si está en la salida es porque está bien”, despeja el responsable deportivo del UAE.
¿Cómo se encuentra Tadej Pogacar antes del comienzo del Tour?
—Tadej está bien. Sí, la verdad es que está bien.
¿Solo bien?
—Está bien. No sabes si está excepcional hasta que empieza la carrera y te comparas con otros. A diferencia del año pasado, que llegó al Tour después de una caída, él está bien, sin ningún problema. Ha podido descansar y entrenar bien, sin contratiempos.
¿Cómo lleva Pogacar la presión de ser el mejor?
—No creo que se trate de ninguna presión. Al contrario, es un privilegio. ¿Qué presión tiene el mejor ciclista del mundo? Es un privilegio con el que todo el mundo sueña. Presión tiene el que no acaba las carreras, el que tiene problemas serios en la vida. Ser el mejor ciclista del mundo es un privilegio.
Vingegaard llega sin haber podido competir antes del Tour tras la caída de la Itzulia. Sin embargo, Pogacar ha dominado las carreras y se ha exhibido en el Giro. ¿Es Pogacar tan favorito como se señala para ganar la carrera?
—Para mí Tadej es el mejor ciclista del mundo. No es solo porque lo piense yo. Lo dicen los datos. Es el primero del ranking UCI, pero es verdad que en el Tour de Francia hay un corredor que en los dos últimos años ha sido mejor que él. Así que soy cauto.
¿Entiende que Vingegaard, después del accidente que sufrió, llega más justo?
—Nosotros no sabemos cómo llegará él porque no disponemos de esa información. Lo que sí sabemos, por la experiencia del año pasado con Tadej, es que va a llegar con dudas como nos pasó a nosotros. Cuando te caes y no puedes competir surgen esas dudas. No sabes si vas a llegar en perfectas condiciones o te falta algo. Eso es algo obvio. La condición con la que llegará, no lo sé; el estado de forma que tenga es difícil saberlo. Al final, para saber cómo estás te tienes que medir al resto. Es entonces cuando sabes si has llegado bien o no tan bien como pensabas. Tú sabes cuál es nivel de tus corredores pero no cuál es el nivel del resto de los corredores hasta que compites contra ellos.
¿Cree que ha habido algo de juego psicológico, de partida de ajedrez, con las informaciones que ha ido trasladando el Visma respecto a la recuperación de Vingegaard?
—No. En ese sentido creo que hubiésemos hecho lo mismo. Si no está bien aún, no creo que gasten un bala en el Tour de Francia estando al 50%. Llegando al Tour al 50% no puedes hacer nada, no es una carrera que puedas afrontar así. Otra cosa es que si llegas al 80% puedes ir mejorando. Es una opinión personal. Yo considero que si no estuviese bien, Vingegaard no estaría en la salida. No me cabe ninguna duda.
Vingegaard derrotó en los dos últimos Tour a Pogacar. ¿Qué lección se puede extraer de eso?
—Lo tomamos como una motivación. Cuando no consigues el objetivo trabajas para poder hacerlo. Tadej se impuso antes a Vingegaard. Supongo que a él, aquello le motivó para seguir mejorando. Para nosotros es más un estímulo que una limitación.
En lo que va de curso hemos sido testigos de un Pogacar superlativo. ¿Está mejor que el año pasado?
—Sí. La aproximación que hemos hecho de cara al Tour de Francia ha sido óptima, la que queríamos y el esfuerzo en carrera en el Giro de Italia ha sido óptimo. El que queríamos. Posiblemente no esperábamos ganar seis etapas. No habíamos imaginado eso. Sí que teníamos planeado en qué etapas debería estar muy delante. Afortunadamente no tuvo que forzar en exceso.
Da la impresión de que Pogacar acabó el Giro muy entero, sin apenas desgaste.
—Está claro que acumula 31 días de competición antes del Tour. 21 de esos 31 han sido en el Giro. Después tuvo una semana de descanso y ha tenido dos semanas de entrenamiento entre genérico y específico y ahora unos días más tranquilo. La gente al Tour va al 100%. A Tadej el ritmo de competición no le va mal.
El Tour comienza con etapas exigentes. ¿Es el escenario ideal para medir a Vingegaard?
—Nosotros tenemos enfocado cómo acometer el Tour. Tenemos un plan, pero evidentemente, no lo vamos a compartir (risas). Pero sí es verdad que el Tour comienza con una etapa nerviosa, con tensión, donde el acumulado de desnivel va a pasar factura.
Ese primer bloque de competición se antoja que puede ser muy importante, con etapas exigentes. ¿Cómo ve el recorrido del Tour?
—La primera semana no creo que de por sí sea dura, más bien creo que será complicada. La cuarta etapa, con la subida al Galibier, es el primer contacto con la montaña, pero se sube el puerto y se baja a meta. Creo que es una etapa en la que no sabremos quién va a ganar el Tour, pero sí tal vez quién no tiene opciones. Luego está la crono, que siempre marca diferencias. Tenemos la etapa del sterrato, que puede hacer daño por la tensión y los nervios que provoca correr sobre tierra. Después, habrá que estar atentos al viento y al Macizo Central, donde se espera una jornada muy exigente. Los Pirineos creo que serán clave, sobre todo la segunda etapa. En la última semana, las etapas en los Alpes y la crono final son otros puntos decisivos en el recorrido del Tour.
¿Considera que el Tour pueda llegar competido a la crono final entre Mónaco y Niza?
—Sí, yo creo que sí.
Se comenta bastante la dureza de este Tour, como si enlazara con la tradición del Giro. ¿Cómo lo ve?
—El Giro, habitualmente, guarda la mayor parte de su dureza al final, pero el Tour se reparte más. Creo que estamos ante un Tour muy Tour. Sí es verdad que no es un inicio clásico, pero los últimos años el Tour está apostando por este formato de exigencia desde el comienzo. El resto tiene Pirineos, tiene Alpes, tiene Macizo Central y dos cronos. Es algo muy Tour. Lo único que se escapa es que el final no sea en París y finalice en contrarreloj. El final en Niza es novedoso, pero es una excepción debido a los Juegos Olímpicos.
Se ha puesto la lupa encima de la etapa del sterrato como una de las jornadas decisivas de este Tour. Es un día complicado en el que los mejores han de estar delante sí o sí.
—Al correr sobre gravilla, los nervios, la tensión y el estrés se disparan y esa presión muchas veces se traduce en una fatiga física. En ese escenario se agranda la tensión. Todo el mundo quiere estar delante. Los de la general quieren estar delante, todos pelean por hacerse un hueco y todos esos elementos provocan que sobre un piso que no es habitual la inquietud y los nervios se disparen.
¿Más allá de Pogacar, con la duda sobre el rendimiento de Vingegaard, quién ve usted entre los favoritos para conquistar el Tour?
—Los que todos sabemos. Además de Tadej hay tres corredores por encima del resto y en este orden: Vingegaard, Roglic y Evenepoel. Luego hay corredores muy importantes como Carlos Rodríguez, Enric Mas, Jorgenson, Simon Yates, Carapaz… hay muchos ciclistas importantes como para obviarlos.
Pogacar es el líder del UAE. No hay discusión al respecto, pero después hay corredores del nivel de Adam Yates, Ayuso o Almeida. ¿Puede haber un choque de egos?
—Esos son comentarios que hay. Si tengo que comentar todo lo que comentan… no sé a qué responden esos comentarios, qué intereses hay, qué informaciones tienen o que datos. Yo tengo los datos y la información y no hay nada al respecto. No tengo una opinión sobre esos comentarios. Ni los voy a valorar.
¿Cómo intuye que puede ser el Tour?
—No soy futurólogo, pero creo que habrá una gran rivalidad entre varios corredores y que habría movimientos tácticos porque hay varios equipos que tenemos corredores para poder hacerlo. Creo que nadie entre los favoritos va a dejar moverse un metro a los otros siempre que puedan.
KUSS, BAJA PARA EL TOUR POR COVID
El Visma, diezmado. Los problemas se le acumulan al Visma, que está viviendo una temporada aciaga. Después de las duras caídas que sufrieron Jonas Vingegaard y Wout Van Aert y las bajas de Van Baarle y Kruijswijk por sendas caídas en el Dauphiné, un nuevo contratiempo agarra a la estructura neerlandesa: el abandono de Sepp Kuss antes del inicio del Tour de Francia a causa del covid.
Merijn Zeeman, director deportivo del Visma analizaba de esta forma cómo afecta la baja de Kuss, el mejor gregario de montaña de Vingegaard, al equipo. “Ha sido muy duro para Sepp. Su ayuda siempre es muy importante para el equipo, pero para ello debería estar completamente en forma. Desafortunadamente, acordamos de forma conjunta que su estado de forma ahora mismo es insuficiente después de superar el covid. Necesita recuperarse bien y por esa razón no tomará la salida. Afortunadamente tenemos un buen recambio preparado con Bart Lemmen”