Con Opakua como aperitivo y unos agitados 50 kilómetros finales. Es lo que hoy les aguarda a los componentes del pelotón de la Itzulia en la cuarta etapa, que discurre entre Etxarri Aranatz y Legutio, con 157 kilómetros a recorrer y el tránsito entre Navarra y Álava. Primoz Roglic permanece en poder del maillot amarillo tras la caída que ayer sufrió camino de Alsasua, donde se impuso el sprinter del Alpecin, Quinten Hermans.
El belga fue el más fuerte en una llegada en la que Alex Aranburu tomó la cabeza de carrera pero le sobraron 50 metros, y tuvo que conformarse con el tercer puesto después de ser quinto el día anterior. El goierritarra anda opositando a repetir lo conseguido años atrás en Sestao, pero por ahora Movistar ha de esperar para alzar los brazos en esta 63 edición de la ronda vasca.
El esloveno del Bora continúa de líder, pero el susto fue morrocotudo ayer, dando con sus huesos en el suelo y aturdido al paso por Ihurre, a 40 de meta, y quedaba por ascender Lizarrusti. Fue entonces cuando, retomando la carretera, sus enemigos optaron por el fair play y esperarle. Le costó casi una veintena de kilómetros con algo más de dos minutos perdidos. Jonathan Castroviejo se puso con sus galones al frente del grupo y todos lo respetaron.
Con la pancarta del último kilómetro a la vista llegó otro percance, el de Juan Ayuso. La zona de seguridad le privo perder segundos, por lo que está cuarto a 14 segundos de Roglic, lo mismo que Jonas Vingegaard. Remco Evenepoel, merced a las bonificaciones, es segundo a siete segundos, y Mattias Skjelmose tercero a diez. Pello Bilbao continúa siendo el mejor de los nuestros, décimo con veinticinco segundos perdidos.
El alto de Opakua, de segunda categoría, se superará en el kilómetro 40 llegan do desde Agurain, y en el tramo final, tras previo paso por meta, llegarán tres cotas de tercera, Olaeta (km.116), Untzilla (132) y Leintz Gatzaga a siete a meta. Son tres kilómetros con una pendiente media del 8,7% pero con rampas que se sitúan en el 13.
A juicio de un ciclista que conoce como pocos el trazado, el velocista alavés del Euskaltel-Euskadi, Jon Aberasturi, "no tiene mucha complicación hasta el final. Es para que se haga una fuga que no tarde mucho. Si se hace en Opakua, va a ser de calidad. La última subida es muy dura y explosiva y habrá movimientos de la gente que quiere luchar por la etapa e incluso la general. No creo que más de 30-40 corredores lleguen a Legutio".