Este año cerca de 11.000 estudiantes de primero de Formación Profesional se estrenarán con las prácticas en empresa. ¿Qué consejos les daría para que aprovechen esta oportunidad al máximo?
En realidad, la FP dual representa una oportunidad excepcional, no solo para quienes eligen la vía de la inserción laboral, sino también para aquellos que desean continuar sus estudios una vez obtenido el título de FP. Para los que optan por integrarse directamente al mercado de trabajo, esta modalidad (tanto dual general como dual intensiva) ofrece la posibilidad de encontrar un puesto de trabajo de calidad, donde las competencias adquiridas durante la formación se aplican de manera inmediata en el entorno laboral. Por otro lado, para quienes deciden seguir formándose tras obtener su título, la FP dual también ofrece beneficios sustanciales. Los y las estudiantes no solo desarrollan habilidades técnicas altamente demandadas en el mercado, sino que también adquieren competencias sociales y personales cruciales para su crecimiento personal y profesional. La capacidad de trabajo en equipo, la resolución de problemas en un entorno real, la comunicación efectiva y la gestión del tiempo son solo algunos ejemplos de las habilidades que se refuerzan en este modelo. Todo esto constituye una base sólida para quienes elijan continuar con estudios, ya que complementa y enriquece su formación académica con una experiencia práctica de calidad.
En la FP hay un alto grado de vulnerabilidad, desde alumnado con necesidades especiales a chavalería que no lleva mucho tiempo en Euskadi y que, por tanto, tiene dificultades comunicativas lógicas. ¿Cómo vais acompañar estos perfiles especiales?
La diversidad socioeconómica y personal de los estudiantes es cada vez más amplia, lo que implica un reto adicional para el sistema educativo. Sin embargo, en este contexto, es fundamental resaltar la profesionalidad y el nivel de conocimiento del colectivo docente de los centros de FP, que se mantienen a la vanguardia de la formación técnica. Los docentes no solo cuentan con un alto nivel de preparación académica, sino que también poseen una gran experiencia práctica, adquirida a lo largo de los años trabajando directamente sobre el terreno. La inclusión es un objetivo central, no solo para atender a la diversidad de perfiles que se encuentran en las aulas, sino también para garantizar que todos los estudiantes, independientemente de su origen socioeconómico o personal, tengan la oportunidad de acceder a unas prácticas de calidad que les permita desarrollarse tanto profesional como personalmente. Destacaría que este es un auténtico reto de país que debemos abordar de forma conjunta. Cada vez contamos con más personas que no han estado escolarizadas previamente en nuestras lenguas, lo que añade una complejidad significativa al trabajo en los centros. Desde Hetel, nos esforzamos en compartir experiencias y en buscar las mejores soluciones para atender las necesidades de estas personas, adaptándonos a una realidad cambiante y diversa. Este desafío requiere la colaboración de todos los agentes implicados: administraciones, empresas, centros educativos y la sociedad en general. Es un reto colectivo, pero también una oportunidad para demostrar la fortaleza de nuestro sistema educativo y su capacidad de inclusión.
Muchos estudiantes están ansiosos por dar ese paso a la vida adulta, pero otros tienen miedo ante lo que les espera. ¿Qué les diría?
Les diría que dar el paso hacia la vida adulta es un proceso natural y que, aunque puede generar incertidumbre, también es una oportunidad de crecimiento y de descubrimiento. La clave está en afrontar cada nuevo desafío con la confianza de que la formación que han recibido, tanto académica como personal les ha preparado para tomar decisiones y asumir responsabilidades. Les recordaría que no están solas en este camino. Hay muchas personas y recursos a su disposición, tanto en el ámbito educativo como en el laboral, que pueden ayudarles a adaptarse a esta nueva etapa. No se trata de tener todas las respuestas de inmediato, sino de aprender en el camino, cometer errores y crecer con cada experiencia.
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¿Las empresas están preparadas?
Las empresas juegan un papel fundamental en la formación de los y las jóvenes, y es cierto que, en muchos casos, pueden necesitar un proceso de adaptación para acoger a estudiantes tan jóvenes. Sin embargo, la mayoría de las empresas que participan en este formato de FP dual ya están acostumbradas a trabajar con estudiantes, aunque la experiencia y el enfoque varían según el sector y la empresa. La clave está en el compromiso. Es importante que las empresas, al igual que los centros de FP, estén dispuestas a invertir en la formación y el acompañamiento de los y las jóvenes. Esto implica proporcionarles un entorno de aprendizaje adecuado, con tutores y tutoras capacitadas que guíen a los y las estudiantes.
¿Habéis tenido problemas para encontrar más empresas para responder a la avalancha de nuevos estudiantes en prácticas?
El camino no está siendo fácil, ya que necesitamos contar con un gran número de empresas dispuestas a comprometerse con este ambicioso proyecto. Aunque aún no disponemos de datos concretos, nos encontramos inmersos en la fase de búsqueda activa.
¿Qué os trasmiten?
Explicar a una empresa cuál será su rol formativo no es tarea sencilla. Detallar su cometido, las responsabilidades que asumirá y cómo será su interlocución con el centro de FP de referencia requiere esfuerzo y claridad. Pero más allá de convencer, lo realmente importante es inspirar e ilusionar a las empresas para que se sumen a esta aventura. Una misión apasionante: colaborar en el desarrollo personal, académico y técnico de las personas que ya son el presente de Euskadi.
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¿Se ofrece a las empresas formación específica para que desarrollen su labor de tutorización de forma correcta? ¿Con qué recursos cuentan?
Desde la Viceconsejería de FP junto con las asociaciones empresariales territoriales y Confebask y los centros de FP, se desarrollan sesiones formativas específicas para los tutores y tutoras de empresa, en las que se abordan aspectos clave como las características del sistema dual, el seguimiento del aprendizaje y la evaluación del alumnado en un entorno real de trabajo. Además, cuentan con un tutor o tutora de referencia en el centro de FP que actúa como enlace directo. Este acompañamiento asegura una comunicación fluida y resuelve cualquier duda que pueda surgir durante el proceso, garantizando así una experiencia enriquecedora tanto para la empresa como para el alumnado. Aun así, probablemente habría que hacer mucho más.
¿Cuáles son los problemas más recurrentes que surgen en este tipo de prácticas?
Los desafíos son variados y complejos: laborales, fiscales, económicos, logísticos, de seguridad laboral, tipología de actividades, cuestiones personales, académicas, docentes, legales, de extranjería, gestión, coordinación, seguimiento… Este es un ámbito que exige una enorme disposición para aprender, resolver problemas y seguir avanzando constantemente. Por eso es fundamental el papel del equipo de responsables de FP dual en los centros de Hetel, así como el apoyo y la colaboración de las personas responsables y las direcciones de la Viceconsejería de Formación Profesional. Su trabajo conjunto es clave para superar estas dificultades y garantizar el éxito del modelo.
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¿Las empresas obtienen algún beneficio por acompañar el trayecto académico de estos chavales? ¿Reciben algún incentivo por parte de la Administración?
En la FP dual general, las empresas no reciben incentivos económicos externos. En la FP dual intensiva con contratación, Lanbide ofrece 2.000 euros por cada contrato realizado, fomentando la inserción laboral del alumnado. Sin embargo, en la FP dual intensiva con beca, no se contemplan incentivos externos, aunque sigue siendo una valiosa oportunidad para que las empresas contribuyan activamente a la formación de futuros profesionales.