Las estaciones de servicio de Navarra consideran que el uso del eléctrico está fracasando

El 99,4% de los turismos funcionan con gasolina o diésel en Navarra actualmente. La Dirección General de Tráfico registraba a 31 de diciembre de 2022 un total de 352.997 turismos en la Comunidad Foral, de los que 1.300 eran eléctricos –solo un 0,37% del total–.

En este escenario se sitúan las estaciones de servicio en plena transición hacia un modelo energético respetuosos con el medio ambiente, en el que la Administración y los fabricantes han apostado por el eléctrico. Los datos desvelan que su uso está fracasando según los objetivos marcados. Los fabricantes prevén que el porcentaje de eléctricos puros en 2025 no llegue todavía al 5%; en cambio, un lustro después pretenden que suponga un 15% del total.

El director general de la Confederación Española de Empresarios de Estaciones de Servicio (CEEES), Nacho Rabadán, considera “imposible alcanzar estas cifras, y eso provoca frustración entre la ciudadanía”. A pesar de que la venta de eléctricos puros en España no ha cumplido las expectativas de matriculaciones entre 2021 y 2023 al situarse “un 60% por debajo”, según avanza este profesional, el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) ha actualizado al alza sus metas para 2030: de 5 a 5,45 millones de eléctricos circulando por las carreteras. Rabadán participó este martes en una jornada organizada por la Asociación de Empresarios de Estaciones de Servicio de Navarra, en la que también habló su presidente, Jon Villares.

El director general de CEEES expuso la ponencia titulada: El papel de las estaciones de servicio en la movilidad del futuro. En ella, resaltó que “es circunstancial suministrar mayoritariamente gasolina y diésel”. Justificó esa afirmación en su definición de estos negocios: “Las estaciones de servicio venden energía para la movilidad. Ahora ofrecemos gasolina y gasóleo porque son los combustibles más demandados por los clientes. En el caso de que solicitaran cualquier otra fuente de energía, la ofertaríamos igualmente”.

Empleo y pueblos

La Comunidad Foral suma 262 estaciones –la mayoría pymes familiares–, que generan casi 900 puestos de trabajo, con un papel clave en las ciudades y en las zonas rurales para evitar el despoblamiento. Todas ellas deben afrontar esa transición, en la que Administración y fabricantes defienden el eléctrico. Rabadán remarca que el usuario de este tipo de vehículos “es un cliente fenomenal por su alto poder adquisitivo, ya que se ha gastado una media de 42.000 euros por el coche, teóricamente tiene preocupación por el medio ambiente y durante la media hora de estancia en las instalaciones se le puede ofrecer otros servicios que reportan beneficios económicos al negocio”. Sin embargo, resalta que, por el momento, las estaciones de servicio carecen de “este perfil de consumidor”.

Nacho Rabadán, director general de la CEEES. Oskar Montero

Rabadán recuerda que la Administración y algunas marcas culpan a las propias estaciones de este escenario, porque no invierten en puntos de recarga. Pero el director general de CEEES se basa en los datos de la Asociación para el Desarrollo de la Movilidad Eléctrica (AEDIVE) para explicar el motivo de por qué no se colocan: “Esta asociación dice que los puntos de recarga de acceso público solo se usan un 4% del tiempo operativo, y ese porcentaje es imposible que sea rentable para un negocio privado”.

Aunque tampoco las estaciones se cierran a explorar alternativas viables para colocar puntos de recarga: “En la jornada han participado proveedores que han mostrado soluciones más atractivas, con socios industriales. Queremos que exploren esas posibilidades”. Sin embargo, la normativa actual ya ha obligado este año a que tengan puntos de recarga aquellas estaciones de servicio que en 2019 vendieron cinco millones de litros de carburante.

Un total de 1.100 estaciones han tenido que cumplir con esta directriz antes del pasado 23 de agosto en España, de las que unas 25 o 30 se ubican en Navarra –y en el caso de que no lo hayan hecho, serán sancionadas–. La inversión más económica para instalar un punto de recarga en una estación son unos 50.000 euros, pero “este dinero se tira a la basura porque ahora mismo no existe rentabilidad al no haber demanda”.

Laberinto con varias salidas

Rabadán no solo defiende el eléctrico como opción sostenible sino “cualquier alternativa que contribuya a descarbonizar la movilidad, como el bioetanol que reduce en cada litro un 72% las emisiones de CO₂ en relación al litro de gasolina de origen fósil o el GLP (gas licuado de petróleo)”. Pero el director general de CEEES reitera que en España “cuanto más renovable es la gasolina más impuestos paga, porque la Administración se ofusca con una sola tecnología”, el eléctrico. Por ese motivo, insiste en que “el futuro va a ser multienergético y convivirán el eléctrico, el GLP (butano) o los combustibles sintéticos, entre otros”.

Rabadán pronostica que la ciudadanía “va a seguir dependiendo durante mucho tiempo de la gasolina y del diésel”, por lo que defiende “impulsar los biocombustibles y apoyar proyectos innovadores sobre combustibles sintéticos desde las refinerías”.

El resto del temario

El resto de la jornada contó con más invitados que abordaron otros temas como las fórmulas para reducir los consumos de la zona de lavado; cómo gestionar y mejorar la imagen para favorecer un aumento de los ingresos de la tienda de la estación de servicio; la negociación colectiva, la formación y la prevención de riesgos laborales en estas instalaciones; cómo actuar ante un negocio que da pérdidas y cómo optimizar las compras en las estaciones de servicio libres.

“Vamos a trabajar para intentar mantener el máximo número de estaciones en este entorno cambiante y de incertidumbre; y para ello, resulta esencial la información para adoptar las mejores decisiones”, concluye Nacho Rabadán.