Ayer, más que nunca en medio de una tarde de calor plomizo y con la plaza de la Virgen Blanca llena hasta la bandera, los jóvenes que enfilaban el camino de regreso a sus casas por las bocacalles y accesos a la gran plaza echaron la vista hacia los balcones para pedir que les lanzasen cubos de agua que les refrescasen. Otros se buscaron su rferesco y muchos lo encontraron en las fuentes de Abendaño, convertidas en refrescantes piscinas temporalmente.
Araba
Las fuentes de Abendaño, convertidas en piscinas tras el txupinazo
Algunos no han necesitado que les echen agua desde los balcones para refrescarse tras la bajada de Celedón