Aimar Oroz ha sido el primer jugador al que se le ha visto con el artilugio en Tajonar, pero no cabe duda de que cada vez será más común en Osasuna trabajar con este tipo de elementos. Con gafas oscuras –gafas estroboscópicas se llaman– y sobre el césped realizando distintos ejercicios, la imagen del joven futbolista rojillo fue curiosa, extraña, porque existe en la primera impresión una falta de adecuación entre unas lentes aparatosas y la realización de una actividad deportiva.
"Las gafas son una herramienta de entrenamiento sensorial diseñada para mejorar el movimiento, el equilibrio y el tiempo de reacción al eliminar la información visual para que el individuo pueda procesar los estímulos visuales más rápidamente", explican desde el club tras hablar con los servicios médicos. "Trabajan sobre la calidad de las conexiones entre el sistema visual, la interpretación cerebral y los movimientos del cuerpo", añaden.
Distribuidores de este tipo de aparatos explican, por ejemplo, que las gafas realizan su misión "a través de un efecto de parpadeo que bloquea intermitentemente la visión del usuario". Se realizan ajustes en las lentes a distintos niveles.
"Al alternar entre visión clara y bloqueada, el cerebro se ve obligado a llenar los huecos y anticipar el movimiento", exponen. "Esta sensibilidad aumentada agudiza y agiliza la visión instantáneamente, mejorando la coordinación, el movimiento, el equilibrio y el tiempo de reacción". Este tipo de gafas se utilizan para trabajar en lesiones.
Aimar Oroz sufrió en el partido de Copa ante el Sevilla una contusión en el tobillo derecho, pero su evolución está resultando muy satisfactoria a tenor de cómo se desenvuelve en Tajonar. El canterano será baja ante el Valladolid, pero podría estar frente al Real Madrid dentro de una semana.