La ciudad de Pamplona cuenta con alrededor de 16,5 kilómetros de galerías subterráneas por las que se distribuyen los principales servicios públicos, como el abastecimiento de agua, de electricidad e internet y la recogida neumática de residuos, entre otros. Esta infraestructura subterránea permite liberar espacio en superficie y hace de la ciudad un espacio más accesible y ordenado visualmente. Las calles del Casco Antiguo de Pamplona fueron las primeras en contar con una red de servicios en el subsuelo, solución que se ha extendido ahora a los nuevos desarrollos urbanísticos de Lezkairu y Arrosadía, si bien las características de unos y otros difieren considerablemente por las limitaciones del entorno.
La red de galerías del Casco Antiguo ronda, aproximadamente, los 4,5 kilómetros. Su planeamiento respondía a la necesidad de organizar toda una red de servicios que, hasta entonces, iba principalmente por las fachadas de los edificios. Fue a finales de la década de 1990 y principios de 2000 cuando se ejecutaron las galerías, ajustadas al discurrir sinuoso y estrecho de las calles del centro histórico. En cambio, en Lezkairu y Arrosadía, la red de galerías se proyectó junto con la urbanización, y se construyó antes incluso de pavimentar las calles y de levantar los inmuebles que ahora componen los barrios. La de Lezkairu es la red más extensa de las existentes. Fue la segunda en construirse, tras el Casco Antiguo, y la componen, a día de hoy, 9,5 kilómetros de galerías, aproximadamente. A éstas se suman otros 2,5 kilómetros en Arrosadía.
Esa diferencia en el origen ha condicionado las características de las diferentes galerías. En el centro, los túneles son un tanto angostos y de dimensiones más reducidas debido a las limitaciones de un espacio ya construido y con inmuebles que datan, en muchas ocasiones, de varios siglos atrás. En algunos puntos de esta zona, las galerías apenas tienen 1,5 metros de ancho y la altura ronda los dos metros. En cambio, en los barrios de nueva construcción el planeamiento previo ha servido para construir galerías de hasta 3 metros de altura y más de 2,5 metros de ancho, lo que permite ubicar los servicios cómodamente en los laterales y en la parte baja, facilitando el tránsito de los operarios técnicos y de mantenimiento.
Casi una decena de servicios
Las galerías permiten llevar por el subsuelo en torno a una decena de servicios distintos. Así, por ellas va el abastecimiento de agua, la red eléctrica, la red de alumbrado público, las redes de fibra y cable, la distribución de la recogida neumática de residuos y la red de recogida de aguas fecales. A todo ello se suman, además, las redes que dependen de Seguridad Ciudadana, como los semáforos, las cámaras de seguridad y el sistema de control de accesos al Casco Antiguo, así como las redes corporativas tanto del Ayuntamiento como del Gobierno de Navarra, que dan servicio a los distintos edificios públicos. Además, todas las galerías disponen de alumbrado propio, sistema anti-incendios y bombas de achique, si en el subsuelo hay fuentes naturales.
El Ayuntamiento, a través del servicio de mantenimiento de edificios dependiente del área de Conservación Urbana, se encarga de que las galerías se encuentren en condiciones óptimas. No obstante, es cada empresa o entidad distribuidora de servicios la que debe mantener sus propias redes. En este caso, se trata, entre otras, de la Mancomunidad de la Comarca de Pamplona, Iberdrola y Telefónica, principalmente, además de Nasertic y Animsa. El servicio de mantenimiento del Consistorio cuenta con 35 personas que se encargan de las galerías y de los más de 600 edificios municipales existentes.
Cada galería solamente cuenta con un único acceso, que está controlado por Seguridad Ciudadana, dada la importancia de los servicios que acogen estas infraestructuras subterráneas. Esta área se encarga de facilitar una tarjeta de acceso a las distintas empresas con redes de servicios en el subsuelo. Además, puntualmente, se permiten accesos a reparaciones y para la realización de nuevas acometidas. Asimismo, los servicios de Policía Municipal, Policía Foral y Policía Nacional, además de Bomberos, acceden periódicamente para garantizar la seguridad de la infraestructura.