Entre las subidas de precio típicas de la cuesta de enero y el fin de las principales medidas de alivio impulsadas por el Gobierno español para hacer frente a una inflación desbocada, la nota positiva del año nuevo está en las hipotecas. Y es que, si 2022 fue el año del mayor encarecimiento de estos préstamos de la historia, 2024 es ya el que más se han abaratado desde 2012. Para muestra, un botón: arrancó enero con el euríbor en el 3,609%, y termina diciembre más de un punto por debajo, en torno al 2,4%.
¿Y qué podemos esperar este 2025? Pues que siga bajando, teniendo en cuenta que la inflación se está estabilizando. Aunque, como bien advierten los analistas, las subidas suelen ser rápidas, pero las bajadas, ya cuestan algo más. "Normalmente este indicador experimenta subidas mucho más drásticas de lo que lo son después las bajadas. Un claro ejemplo de ello es que, entre 2022 y 2023, la carrera de subida del euríbor fue muy, muy rápida, pero no podemos esperar que baje al mismo ritmo y en el mismo periodo de tiempo; hay que ser pacientes", explica Simone Colombelli, director de Hipotecas del comparador y asesor hipotecario iAhorro.
"En un año sin grandes cambios, este índice de referencia no sube o baja más de 0,5 puntos porcentuales. Es cierto que en 2022 esa variación superó los tres puntos en subida (desde el -0,477% de enero de ese año al 3,018% de diciembre), pero la bajada de 2024 ha sido más lenta, de poco más de un punto”, explica el director de Hipotecas de iAhorro. "Para 2025, como mucho, podemos esperar que baje otro punto porcentual, hasta el 1,5%", aunque "para llegar a ese valor, antes del mes de junio, el euríbor debería situarse en torno al 2% y que su tendencia siga a la baja", añade. Los cálculos más conservadores estinam que se quede en el entorno del 2%.
El ritmo de las bajadas estará condicionado por los pasos que dé el Banco Central Europeo (BCE) respecto a los tipos de interés oficiales: si Christine Lagarde continúa anunciando nuevas bajadas de tipos, el índice de referencia más utilizado en Europa continuará su descenso más o menos en la misma medida. La próxima reunión será el 30 de enero, una fecha clave para ver cómo han afectado las Navidades a la inflación. En el Estado, el dato adelantado del INE muestra que en diciembre ha subido al 2,8%. Pero, además, el BCE tiene el desafío, este año, de encontrar un equilibrio entre la necesidad de estimular una economía europea debilitada –con nuevas bajadas de tipos– y, al mismo tiempo, estar preparado para posibles turbulencias geopolíticas –es decir, ser prudentes en el calendario–.
Pérdida de poder adquisitivo
Lo de que las subidas suelen ser rápidas y las bajadas más lentas ocurre con el euríbor, como está ocurriendo también con la inflación. Que, al final, son datos que se relacionan y afectan al bolsillo del ciudadano. El año que se cierra ha sido el primero en el que los sueldos medios se han incrementado ligeramente por encima de la inflación media anual. Es algo normal cuando una inflación se relaja, ya que los sueldos normalmente se actualizan a comienzos de año con la inflación con la que se cerró el año anterior –en este caso 2023, un año inflacionario–. El problema es que la ciudadanía arrastra una pérdida de poder adquisitivo notable y el poder de compra sigue siendo mucho menor que el que se tenía antes de la pandemia. 2025 en este sentido será clave.
Y, para ver la evolución de las hipotecas, lo mejor, un ejemplo: en el caso de una persona que tenga contratada una hipoteca variable desde 2021 con una cuantía inicial de 150.000 euros y revisión anual, vemos que empezó pagando una cuota mensual de 448,04 euros porque el índice de referencia se situaba en diciembre de ese año en el -0,502%. Sin embargo, en 2022 esa cuota se encareció de forma espectacular por la subida del euríbor, hasta alcanzar los 707,04 euros mensuales (258,39 euros más al mes porque el indicador pasó a situarse en el 3,018%).
A partir de ahí el panorama se fue estabilizando y, aunque el euríbor siguió subiendo en 2023 y en diciembre registró una media mensual del 3,679%, su cuota se incrementó menos: 54,53 euros, hasta los 761,57 euros mensuales. Pues bien, ahora, con la bajada del euríbor hasta el 2,434%, esa cuota se reducirá alrededor de 98,28 euros mensuales, por lo que esta persona pagará 663,28 euros al mes tras la revisión. Conclusión: su cuota se ha abaratado 98 euros desde el pico al que llegó en 2023, pero sigue estando 215,24 euros más cara que en 2021.
La gran incógnita, por lo tanto, está en saber cuándo terminarán de converger todos los datos que han afectado al poder adquisitivo de los ciudadanos estos tres años, desde el inicio de la guerra de Ucrania: inflación, euríbor –en este caso solo a aquellos que tienen contratada una hipoteca variable– y salarios. Solo ahí se podrá hablar de crisis superada. Lo que es un hecho es que la flexibilización hipotecaria está animando el mercado inmobiliario y que, quienes estaban esperando que pasara el chaparrón de un euríbor disparado, se están animando a comprar vivienda.
Escenarios de subida y bajada
2022. El euríbor a 12 meses subió de forma meteórica todos y cada uno de los meses de 2022. Este indicador hipotecario arrancó el año con la resaca de los mínimos históricos del -0,502% que dejó diciembre de 2021. En abril dejó de cotizar en negativo y las incesantes subidas de tipos de interés hicieron el resto, al catapultar su valor por encima del 3%, especialmente a partir de julio, cuando el Banco Central Europeo aplicó la primera subida. El euríbor llegó a superar el 4% en el verano de 2023, una tasa no vista desde 2008, coincidiendo con la caída de Lehman Brothers que aceleró los estímulos monetarios que conducirían a este indicador hasta el 0%.
2024. La situación dio un giro de 180 grados y el euríbor comenzó a bajar, coincidiendo también con la flexibilización de la política monetaria por parte del BCE. En septiembre, la tasa mensual bajó del 3% por primera vez en 22 meses y cierra el año en torno al 2,4%. En 2025 se espera que continúe esta senda, más lenta que las subidas, pero senda al fin y al cabo.