El uso de la mascarilla en los espacios exteriores ha dejado de ser obligatorio desde este jueves.
Sin embargo, son todavía muy numerosos los vecinos de Vitoria que continúan portando este elemento de protección en las calles de la ciudad, ya sea por cautela o incluso por desconocimiento, y aunque no haya aglomeraciones.
Con todo, la medida decretada por el Gobierno central, a la que a partir del lunes se unirá una relajación generalizada de las restricciones en vigor en Euskadi, ha sido acogida en líneas generales con satisfacción por la ciudadanía, muy cansada tras casi dos años de pandemia.
DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA lo ha comprobado en primera persona tras un rápido paseo por el centro de la capital.
"Me parece muy bien"
"La medida me parece muy bien. Cada uno que sea responsable, que cuando haya gente se la ponga. Yo si estuviese aquí en Vitoria estaría bastante con la mascarilla, si veo que hay mucha gente. Pero está bien relajar medidas", ha apuntado, por ejemplo, María Jesús Aizarna, que habitualmente reside en Etxabarri Ibiña.
"No me gustaría pasar el covid. A veces me la pongo y a veces no. Y a partir de ahora igual, de vez en cuando. Cuando haya mucha gente por ejemplo", ha confesado, mientras tanto, Taha Kairum, cuando aún no se había enterado del fin de la obligatoriedad del cubrebocas.
Muy crítico con las idas y venidas en materia de restricciones se ha mostrado, por ejemplo, Antonio Fernández. "Me la acabo de quitar ahora (la mascarilla). Pero esto es cosa de cada uno. Si ves que no hay mucha aglomeración, pues no la llevas. Pero que unos señores nos digan lo que tenemos que hacer cuando ni ellos saben lo que hay que hacer... me parece fuera de lugar. De políticos", ha censurado.
"La tengo en el bolsillo"
También partidaria de relajar limitaciones se ha mostrado Julia Bromhead, inglesa residente en París y de visita en Gasteiz con un amigo norteamericano. "Me parece bien. Estoy a favor de las medidas en general, pero creo que la mascarilla fuera no es necesaria. Ya ves que yo la tengo en bolsillo", ha ilustrado.
Mientras tanto, José Antonio Díez y Mar Gil han coincidido en que es un buen momento para olvidarse de la mascarilla en exteriores, aunque con matices.
"Me parece bien. A estas alturas ya, guardando la distancia creo que sobra la mascarilla. No tengo ninguna duda", ha apuntado el primero.
"Todavía esto no ha pasado del todo. Hay determinados colectivos que son más frágiles y deberíamos pensar también en ellos", ha subrayado su compañera, quien sin embargo también se ha mostrado favorable al fin de la obligatoriedad.
Porque, en sus palabras, "la salud mental va a ser la siguiente pandemia". "Tenemos que empezar a quitar un poco el miedo, porque eso no es positivo", ha apostillado.