Aquila a-Life ha realizado una actualización del Libro Blanco de la Electrocución de aves en nuestro país. Esta revisión se refleja en las cifras de las tablas, listados y mapas más importantes, además de poner al día las recomendaciones formuladas por este documento de referencia sobre el impacto de los tendidos eléctricos en las aves, una labor en la que la Diputación Foral de Álava ha estado muy implicada como socio del proyecto europeo y por las medidas que se han desarrollado en la comarca.
La valoración que ha realizado la asociación Grefa, que lidera el Aquila a-Life, es que, en los dos años transcurridos desde la primera edición de este libro en junio de 2020 han pasado muchas cosas y en ellas están teniendo un papel catalizador todos los sectores más involucrados. De hecho, se percibe una clara inflexión en positivo y se achaca que esta obra y el trabajo realizado por el equipo del proyecto han contribuido a ello en alguna medida.
En este sentido se cita que el libro sirvió de base para las alegaciones por parte de Grefa, ante el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, en las consultas previas para el anunciado real decreto sobre medidas correctoras en tendidos peligrosos para la avifauna, en septiembre de 2020.
En Álava
En Álava el enorme cruce de cables de líneas de alta tensión que van desde Miranda de Ebro a Logroño, pasando por Laguardia y Lapuebla de Labarca vieron minimizados sus efectos para las aves, con sistemas anticolisión que se instalaron hace más de 15 años. Se trataba del tendido de una línea de 220 kilovatios que se desarrolla a través de las colinas, atravesando diferentes vaguadas y valles que suponen un serio peligro para las numerosas especies de aves de todo el recorrido, pero especialmente en los enclaves alaveses de Laguardia y Lapuebla de Labarca.
En el caso de Laguardia, la existencia de las lagunas, humedal reconocido como de importancia internacional por la lista Ramsar desde 1972 y posteriormente declaradas como Zonas de Especial Protección para las Aves (ZEPA) se han constituido como un enclave estratégico para la nidificación de especies, pero también como parada de alimentación y bebida para otras muchas que se desplazan a finales del verano a tierras más cálidas para pasar el invierno.
Por su parte, en la zona de Lapuebla de Labarca, hay también una gran abundancia de aves, ya que el río Ebro está protegido por la figura del LIC y, en la otra orilla, se encuentra la Reserva Natural de Buicio, gestionada por el Gobierno de La Rioja, donde encuentran refugio otras muchas aves. Esta parte es, además, zona de paso de aves migratorias que reposan en la balsa de Viana (Navarra). Por lo que la conjunción de todos estos factores permitió tomar medidas para proteger la riqueza avícola natural de toda la comarca.
Para ello, desde el Servicio Foral de Medio Ambiente y Diversidad se negoció un convenio de colaboración con la Red Eléctrica Española (REE), que permitió la colocación de un sistema anticolisión, que supuso una inversión de 46.320 euros, de los que el 30% fueron financiados por la Diputación y el resto por la REE.
Medidas similares ya se llevaron a cabo previamente, entre los años 2000 a 2005, corrigiendo catorce líneas de alta tensión en Álava, principalmente para recuperar el águila de Bonelli. Tras los buenos resultados obtenidos, se acometió la mejora del tendido entre Barcina (Burgos) y Güeñes (Bizkaia), a través de Valderejo, y un tercer tendido que cruza de oeste a este de Ullibarri-Gamboa y que pertenece a la línea Vitoria-Itxaso.
La electrocución no es el único riesgo para las aves. Y una de las actividades que las amenazan son los alambres usados en las viñas en espaldera que, en ausencia de vegetación, son susceptibles de provocar colisiones. Por esa razón, desde la institución foral se impulsó una campaña, de colaboración voluntaria con bodegas y viticultores locales, enfocada a la reducción de colisión en el viñedo en espaldera que usa varios hilos de alambre. Estas estructuras metálicas en espaldera son cada vez más frecuentes en el paisaje de Rioja Alavesa, y durante el tiempo en el que no hay vegetación tras la poda, los alambres que guían los sarmientos quedan suspendidos en el aire entre los postes que los sujetan. La apuesta de los colaboradores fue retirarlos durante este tiempo para evitar colisiones.
Denominado Proyecto Espaldera fue un verdadero éxito y la colaboración de las bodegas de Eguren Ugarte, Baigorri, Murua, Familia Martínez Zabala, Luis Cañas y Casa Primicia posibilitó estudiar alternativas en la gestión de estos alambres en una experiencia piloto de forma que éstos sean bajados a la altura mínima de la cepa en el momento de la poda.