Las “mejores crepes de Europa” están en este trocito de París frente al Guggenheim

Desde hace 17 años, el número 2 de la Avenida de las Universidades de Bilbao acoge un establecimiento considerado por muchos como el hogar de las crepes. A orillas de la ría y con unas impresionantes vistas del Guggenheim enfrente, cualquiera que se acerque queda fascinado por su ambiente, aunque lo que más destacan son sus espectaculares crepes.

Enrique, su dueño, lleva tantos años tras la barra de Don Crepe que su clientela habitual no tiene ningún reparo en saludarle con una cercanía propia de unos viejos amigos. El ambiente parisino del acogedor local, el trato de Enrique y el paisaje que rodea al establecimiento -tanto desde su interior como desde su pequeña terraza- es espectacular, pero no se compara con la masa fina y delicada de sus obras de arte culinarias.

Y es que, en el local surgen los comentarios de comensales que no dudan a la hora de afirmar que las de Don Crepe son “las mejores crepes de Europa”.

Enrique cocinando sus crepes en la cocina de Don Crepe. Oskar Gonzalez

Para todos los gustos

Cuando suena la palabra crepe, es inevitable que venga a la cabeza la imagen de una masa doblada y rellena de chocolate y nata, y no dista mucho de la realidad, pues las crepes dulces suelen seguir ese estereotipo. Pero no las de Don Crepe, porque las suyas están a otro nivel. Y es que si las dulces ya destacan, las saladas te envían directamente al paraíso gastronómico.

Si algo caracteriza además a Don Crepe es la variedad de su carta. Entre las opciones dulces, encontramos algunas tan típicas como las de chocolate, limón y azúcar o chocolate y nata, y otras tan curiosas como las de mermelada de fresa o calabaza con yogurt y canela o con manzana y dulce de leche.

Sin embargo, las que verdaderamente le han dado fama a su local son sus crepes saladas. La de Cordón bleu con jamón y queso o la Completo con huevo dan hambre solo de oírlos, pero es que la Floresta con champiñones y tomate o la Madras con pollo al curry incitan a la gula. Por no hablar de Parisino con sus champiñones, su jamón y su queso roquefort o de Del mar, cuyas gambas en salsa de langostinos no se quedan atrás.

No obstante y, si hay alguna crepe que pueda considerarse la joya de la corona, es sin ninguna duda Supercompleto. Fusión de Floresta y Completo, su sabor, su textura y su consistencia son una completa delicia para los sentidos. Y si encima nos gusta el picante, solo hay que pedirle a Enrique que haga su magia y que nos regale una de las mejores experiencias gastronómicas de nuestra vida.

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La carta de Don Crepe es muy variada, con opciones saladas y dulces. Oskar Gonzalez

Sus crepes son buenas sí, pero su café tampoco se queda atrás. Espumoso, con consistencia y calentito, invita a quedarse toda la vida contemplando el movimiento de las aguas de la ría. No obstante, cabe destacar que este solo se sirve con las crepes, pues no merece la pena perderse la oportunidad de probarlas, y menos teniendo una de las mejores, sino la mejor, calidad-precio de todo Bilbao. Nos despedimos de Enrique con la mano en el corazón, prometiendo volver a Don Crepe para disfrutar de nuevo de “las mejores crepes de Europa”.