Popularmente, apostar era una práctica llevada a cabo por los hombres, pero las mujeres alcanzan una prevalencia similar a la de los hombres. Los datos del estudio indican que siguen jugando más los hombres que las mujeres, pero este hábito se está igualando e incluso ellas tienen aumentos más importantes. De hecho, en 2022 las mujeres alcanzaron un nivel de juego similar al de los hombres: el 75,3% de las mujeres (10 puntos más que en 2019, que era del 65,2%) y el 77,5% de hombres (69,9% en 2019) encuestados afirma haber jugado en el último año.
Si bien ocho de cada diez personas que reconocen su adicción al juego en Euskadi son hombres, según el informe Panorámica sobre mujer y juego elaborado por el Observatorio Vasco del Juego que constata que ellos juegan más, con más frecuencia y que su presencia es más notoria en la modalidad de juego online en comparación con las mujeres. Quizás por este motivo, los hombres son mayoría en las listas de autoexclusión voluntaria de casinos, bingos y salas de juego. El número de personas que, entre enero y diciembre de 2022, se prohibieron el acceso al juego, aumentó en un 36,3%, con 1.813 personas inscritas. De estas, 1.424 son hombres (78,5%) y 389 son mujeres (21,5%). Estos datos se mantienen constantes en el tiempo y por Territorios Históricos.
El informe presentado ayer por el vicelehendakari y consejero de Seguridad, Josu Erkoreka, revela que los juegos de azar y las apuestas están cada vez más presentes en la sociedad vasca. Esto es fruto de un proceso de normalización del juego, no solo por su expansión, sino también porque cada vez está más aceptado. Así, la percepción de las mujeres por las apuestas es más crítica que la de los varones: un 49,3% de las mujeres frente al 44,4% de los hombres creen que tienen una percepción “mala o muy mala” de los juegos de azar y apuestas deportivas.
Sexualización en tragaperras
En lo referido al juego habitual, el porcentaje de personas que juegan diaria o semanalmente continúa en aumento en la comparativa entre 2019 y 2022. Son más hombres que mujeres los que afirman jugar frecuentemente: un 19,3% de hombres y un 14,7% de mujeres en 2019, y un 32,3% de hombres y un 24,1% de mujeres en 2022.
El Observatorio Vasco del Juego ha realizado un análisis pionero sobre las imágenes que utilizan los modelos homologados de máquinas tipo B (tragaperras) en sus cubiertas. Tras analizar los 339 modelos de máquinas que hay en Euskadi, el estudio precisa que el 57,5% muestran contenido donde se proyecta una imagen sexualizada de la mujer y un 4,1% imágenes de mujeres no sexualizadas. Este porcentaje aumenta hasta el 63,7% sumando las máquinas múltiples (aquellas que ofrecen más de un juego).
Por otro lado, ese estudio señala que al contrario de la estructura interna del conjunto asociativo, las empresas del sector muestran una clara masculinización en su plantilla, sobre todo al hablar de los cargos directivos, presidencia y junta directiva. Lo más destacable es que los casinos no cuentan con la presencia de ninguna mujer y las empresas de apuestas solo en la junta directiva. El resto de empresas del sector tienen presencia de mujeres entre sus cargos directivos, aunque ellos son los que ocupan la mayor parte de los puestos.
Conclusiones
- Sexismo. En su estudio, el Observatorio Vasco del Juego señala que el 57,5% de las tragaperras muestran contenido donde se proyecta una imagen sexualizada de la mujer y un 4,1% imágenes de mujeres no sexualizadas. Este porcentaje aumenta hasta el 63,7% sumando las máquinas múltiples (aquellas que ofrecen más de un juego).
- Más juego. En cuanto a juegos de azar y apuestas deportivas, el porcentaje de personas que reconoce que juegan ha aumentado 10 puntos porcentuales desde 2019 hasta 2022, situándose, en el año 2022, en un 76,3% de la población.
- Mejor imagen. Por otro lado, la valoración del juego por parte de la sociedad vasca ha mejorado entre 2019 y 2022. Así, la percepción de las mujeres es más crítica que la de los hombres: un 49,3% de las mujeres frente al 44,4% de los hombres encuestados tienen una percepción “mala o muy mala” de los juegos de azar y apuestas deportivas.