La leyenda popular entre los conductores asegura que España es el país con más rotondas del mundo, pese a que en realidad es el cuarto, con poco más de 15.000 glorietas, y por detrás de Francia (42.000), Reino Unido (25.000) e Italia (18.000) según un estudio de DiscoverCars.com.
Estos óvalos en las calzadas son construcciones viales diseñadas para facilitar el flujo de tráfico en las intersecciones entre carreteras y reducir el peligro de accidentes, y son soluciones cada vez más frecuentes y utilizadas en las vías públicas.
Pese a la gran existencia de estas glorietas, todavía son muchos los conductores que desconocen con exactitud las normas de circulación que recomienda la Dirección General de Tráfico (DGT) cuando se circula por ellas y mucho más las fuertes multas que te pueden imponer nos agentes de la autoridad si cometes alguna irregularidad.
La propia DGT señala que uno de cada tres conductores implicados en los accidentes registrados en las rotondas (unos 10.000 al año, con heridos o fallecidos, en toda España) comete alguna infracción. La mayoría por no respetar la prioridad de paso, no respetar la distancia de seguridad y circular a una velocidad superior a la permitida.
Estas conductas irregulares en las glorietas dejan un centenar de víctimas mortales cada año en las carreteras españolas.
Cinco son las infracciones más comunes que el Reglamento de Circulación contempla como graves a la hora de acometer una rotonda. Y las sanciones económicas que llevan aparejadas no son nada desdeñables: entre 200 y 500 euros. Además, las de mayor gravedad te pueden restar hasta seis puntos del carnet de conducir, e incluso si son calificadas como conducción temeraria con riesgo de las vidas de otros conductores o viandantes te pueden llevar a prisión.
Exceso de velocidad
La velocidad excesiva puede provocar una colisión con otros vehículos que accedan a la rotonda a la velocidad reglamentaria. Además pueden ser un riesgo para los peatones que cruzan la calzada en la salida de la glorieta, sobre todo en las ciudades, ya que es habitual que estas glorietas lleven incorporados pasos de cebra y la posibilidad de arrollar a un peatón. Este tipo de conducción puede ser considerada como temeraria y supone una multa de 500 euros y la pérdida de 6 puntos, incluso si se pone en peligro la vida de otros usuarios puede ser considerado delito.
Prioridad en la entrada
La entrada a la glorieta sin respetar la prioridad puede llevar acarreada una multa de 200 euros y la pérdida de 4 puntos, ya que este tipo de entradas a las glorietas sin ceder el paso a los que circulan por dentro puede provocar una colisión lateral contra otro vehículo que goza de prioridad. También genera frenadas bruscas que puede causar choques entre varios vehículos.
Cambios de carril
Los cambios continuos de carril, sin señalización previa, sin marcar intermitentes y sin mantener una separación adecuada, pueden causar accidentes como colisiones laterales y por alcance debido a las frenadas bruscas. Esta conducta podrá ser sancionada con 200 euros de multa.
Salida cruzando el carril
Es una de las maniobras incorrectas más habituales. Cuando un vehículo sale directamente desde un carril interior, cruzándose por delante del resto de carriles puede provocar riesgo de colisión contra los que circulan correctamente por el carril exterior y de choques por alcance por frenazos bruscos. Esta acción puede ser considerada conducción temeraria y llevar aparejada una multa de 500 euros y la pérdida de 6 puntos. Si se considera que se ha puesto en peligro la vida de otros usuarios puede ser delito.
No respetar la prioridad de un ciclista
Cuando el conductor de un coche realiza la maniobra de salida de la rotonda sin señalizar la maniobra y sin respetar la situación de los ciclistas, los usuarios más vulnerables junto con los peatones, que circulan correctamente también puede provocar riesgo de colisión y atropello. Esta conducta es considerada como temeraria y será multada con 500 euros y la pérdida de 6 puntos. También ser delito si la infracción pone en riesgo la vida de los ciclistas.