Uno de los indicativos del buen momento que vive el Athletic sería la dificultad que entraña acertar la alineación que escogerá Marcelino para recibir al Real Madrid. Salvo Vencedor, lesionado, y Villalibre, con el alta pero ausente los dos últimos meses, cuenta con toda la plantilla a su disposición para diseñar el once que estime más conveniente.
El detalle carecería de importancia si no fuese porque en los partidos más recientes se ha comprobado que casi cualquier apuesta a la hora de adjudicar las titularidades ofrece garantías de éxito. La etapa en que resultaba sencillo prever las intenciones del técnico porque perseveraba en aferrarse a un bloque en el que las variaciones obedecían a causas de fuerza mayor, lesiones y sanciones, parece superada. Al menos, tal cosa se deduce o es la conclusión a la que se llega tras lo ocurrido en enero, el mes más productivo del curso que se ha caracterizado por una distribución de minutos singularmente generosa e inédita.