Después de décadas sin uso y casi tres años después desde que fuera desalojado tras la okupación, el apenas unas semanas empiezan las obras de rehabilitación del Palacio de Marqués de Rozalejo, en el Casco Viejo, como sede del Instituto de la Memoria y la Dirección General de Paz, Convivencia y Derechos Humanos. El Gobierno de Navarra, titular del edificio, quiere poner en marcha la construcción de forma inminente, y según fuentes consultas, podrían “comenzar en un plazo de más o menos un mes”, y “a partir de entonces el plazo de ejecución marcado es de 22 meses”, indicaron.
El departamento de Economía y Hacienda del Gobierno de Navarra, donde se enmarca la dirección de Patrimonio, acaba de adjudicar las obras de rehabilitación del histórico edificio a la UTE Palacio de Rozalejo, que agrupa a las empresas Construcciones José Miguel Ibáñez SL y el estudio vallisoletano TRYCSA, experto en rehabilitación y restauración de edificios históricos. El presupuesto de adjudicación asciende a 6.371.484,71 euros sin IVA, con un plazo de ejecución de 22 meses, y la empresa ofrece 10 años de garantía.
Con el arranque de las obras en las próximas semanas se pone punto y final a un largo expediente. Como se recordará el edificio es propiedad del Gobierno de Navarra desde 2005 y fue okupado en dos ocasiones, siendo el último desalojo en enero de 2019. El inmueble se ubica en una parcela de 742 m2 y dispone de una planta sótano, semisótano y baja mas tres plantas.
La redacción del proyecto de rehabilitación del Palacio de Marqués de Rozalejo fue adjudicada justo antes de la pandemia, en noviembre de 2019, al estudio de Fernando Tabuenca y Jesús Leache, entre seis equipos, por 139.150 euros. Se trata de una intervención sobre un edificio del siglo XVIII que va a “integrar la conservación del Palacio, que cuenta con un gran valor patrimonial, histórico y artístico”, con las “nuevas necesidades a las que se va a destinar como sede del citado organismo” (se refiere al Instituto de Memoria) y de acuerdo con el Plan Municipal de Pamplona, que lo protege .
El proyecto básico refundido en diciembre de 2021, tras las observaciones del Ayuntamiento de Pamplona y Príncipe de Viana, ya recoge que el “planteamiento del proyecto de ejecución es restaurar el edificio, sin proceder, por tanto, a efectuar la demolición completa”. Sí se prevé “descargar el edificio” eliminando los elementos postizos y “las tabiquerías que carecen de carácter estructural”. Posteriormente, “se procederá a la retirada de las carpinterías de madera, que serán restauradas”.
Conservar la fachada de sillería y el zaguán y escalera completos
Tal y como establece el Plan Municipal de Pamplona, redactado en 2003, y al tratarse de un edificio protegido y catalogado en Grado II, se tendrán que conservar la fachada de sillería, que “deberá ser restaurada debido a su deficiente estado de conservación”, y, además, “en la intervención sobre el edificio podrá resolverse adecuadamente el recrecido de ladrillo entre la fachada original y el alero de madera”. También habrá que conservar en su totalidad “el zaguán y la escalera”, que deberán ser sometidos a una restauración completa, “incluyendo los elementos de carpintería y cerrajería”, se precisa.
Está previsto que el nuevo inmueble albergue la Biblioteca y Centro de Documentación del Instituto Navarro de la Memoria, para uso tanto de personal investigador como el resto de la ciudadanía, así como salas para asociaciones memorialistas y aulas de formación para las Escuelas de Memoria. La biblioteca cuenta ya con 4.800 volúmenes, a los que hay que añadir los “fondos digitalizados, que se acercan a la veintena”, según fuentes del Gobierno foral. La idea es que “esté accesible a la ciudadanía, mañana y tarde, sobre todo para consulta de biblioteca y acceso a exposiciones”, como una forma de rescatar la memoria histórica del ostracismo al que los gobiernos anteriores le relegaron y situarla al alcance de las nuevas generaciones.
Según el programa de necesidades, se prevé un espacio de 200 m2 para exposiciones, y en torno a los 100 m2 lineales también para muestras, y además una sala de conferencias para unas 80 personas, tres salas de reuniones para 15 personas cada una, otra para seminarios de 40 asistentes, amén de despachos y puestos de trabajo para la dirección de Paz y Convivencia.