Ya hay fechas concretas para las obras que van a cubrir los túneles de La Avanzada, en Leioa. En unos días, la semana del 7 de noviembre, saldrán a licitación los trabajos con un presupuesto de 65 millones de euros y la previsión es que se prolonguen durante 41 meses; es decir, hasta después del verano de 2026.
Una fecha que puede parecer lejana en el tiempo, pero que tiene su razón de ser en la complejidad de un proyecto único en su especie: obras en pleno centro urbano y manteniendo los niveles de servicio de este tramo de la BI-637 por el que cada día circulan unos 114.000 vehículos.
Porque la carretera no será cerrada al tráfico en ningún momento. Siempre se mantendrá un carril abierto en cada sentido aunque eso sí, a veces será necesario modificar los trazados de los carriles para permitir la ejecución de los trabajos que posibilitar cubrir los túneles. “No nos podemos permitir cortar los tráficos”, ha insistido Imanol Pradales. El diputado foral de Infraestructuras y Desarrollo Territorial ha ofrecido los últimos detalles de este proyecto junto al alcalde de Leioa, Iban Rodríguez, quien se ha referido a la transformación y recuperación de este gran espacio de 4.500 metros cuadrados como un “cambio brutal”.
Quienes más lo notarán serán las casi tres mil personas que viven y trabajan a ambos lados de esta trinchera. Según cálculos técnicos, los problemas de contaminación acústica y ambiental desaparecerán para el 90% de esos vecinos de Leioa gracias a la instalación de 850 metros de pantallas antirruido al borde de la calzada.
Txomin Aresti, euskaltegi y conservatorio
En principio iban a tener una altura de 3 metros, pero la Diputación Foral de Bizkaia ha atendido a las reclamaciones vecinales y se ha optado porque sean de 5 metros y otros dos en voladizo inclinado. Esta nueva solución acústica y ambiental ofrecerá cobertura a un punto delicado de la zona: el conjunto formado por el centro educativo Txomin Aresti, el euskaltegi y el Conservatorio de Música “que se librarán de las afecciones” a consecuencia de la prolongación de la cubierta no transitable en la boca del túnel en sentido Bilbao hasta el entorno de la pasarela peatonal existente, la del chorizo, como es conocida popularmente entre la población local.
Eso sí, unos 400 vecinos se quedarían fuera de los beneficios de estas pantallas ya que residen en inmuebles que se localizan fuera del área de influencia de los trabajos de cubrimiento, “sobre todo en sentido Getxo viniendo desde Bilbao”, que es donde La Avanzada sale a la superficie. No obstante, Pradales recordó a las comunidades de vecinos de esta zona la existencia de un paquete de ayudas a fondo perdido para cambiar las ventanas de la casa e insonorizar el interior de la misma.
Trabajar en ‘islas’
El ruido será otra de las consecuencias lógicas de los trabajos de microcirugía urbanística a ejecutar. Sobre todo porque el operativo de obra también estará activo durante las noches; lógicamente se tratará de que las afecciones sean las menores. La complejidad y la minuciosidad de los trabajos hacen necesario mantener este modus operandi. De hecho, el proyecto estará fragmentado en distintas fases y subfases, para permitir que las obras convivan con el tráfico sin ocasionar grandes alteraciones.
“Hay que trabajar en islas, con un entorno muy constreñido, con afecciones urbanísticas porque hay personas que viven y trabajan en la zona y por lo tanto es un elemento que complejiza la obra”, describió el diputado foral de Infraestructuras y Desarrollo Territorial. Y es que se trata de un punto crítico en la red viaria vizcaina en su conexión entre Eskuinaldea y Uribe Kosta. Una obra que cuando esté finalizada contribuirá a mejorar la calidad de vida de los vecinos de la localidad. “Ayudará a cohesionar mejor la ciudad, convirtiendo una gran herida que atravesaba el municipio en nuevas zonas de encuentro para la ciudadanía”, ha enfatizado Pradales.
12 galerías. Se emplearán más de 1.150.000 kilos de acero laminado en estructuras a ejecutar sobre viales en servicio y un total de 12 galerías de evacuación subterráneas que atraviesan las vías laterales y comunican el propio túnel con el exterior, además de las múltiples instalaciones necesarias para el funcionamiento del túnel.
620 metros. El resultado será un nuevo núcleo urbano con 4.500 metros cuadrados de superficie para uso peatonal y zonas verdes sobre la actual trinchera por la que transitan a diario 114.000 vehículos a cielo abierto. Leioa disfrutará de un nuevo bulevar de 620 metros.
Integración paisajística. Las dos bocas que darán acceso a los túneles, tanto sentido Getxo como sentido Bilbao, se han rediseñado en materiales sostenibles, con una solución basada en la jardinería vertical para favorecer su integración paisajística.
La idea ha sido compartida por Iban Rodríguez, alcalde de Leioa, quien no ocultó su satisfacción por la concreción en las fechas de este proyecto, tan reclamado por la población local. “Es un cambio brutal en el centro de Leioa”, ha expresado el primer edil, quien ha adelantado que el equipo de gobierno ya trabaja en alguna que otra intervención a nivel municipal que vendrá a completar la transformación de este espacio.