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La política comercial de Estados Unidos, bajo la Administración del presidente Donald Trump, con mayores aranceles, entre otros factores, podría traer efectos negativos para la economía latinoamericana, como la depreciación de las monedas locales frente al dólar o una mayor inflación en caso de represalias.
Además, según recoge el Banco de España en el Informe de Economía Latinoamericana correspondiente al segundo trimestre de 2024, estas políticas también podrían tener un impacto en el Producto Interior Bruto (PIB) de América Latina, aunque este podría verse atenuado por la posible desviación del comercio.
IMPACTO
México es, con diferencia, el país más expuesto a una eventual desestabilización de los flujos comerciales de bienes con Estados Unidos, tanto por su grado de apertura como por el hecho de que el 83% de sus exportaciones tienen como destino ese país. Le sigue de lejos Colombia, con algo menos del 30%.
Estas cifras son significativamente inferiores para el resto de las principales economías de la región, con un comercio más orientado a China (Brasil, Chile y Perú) o más diversificado.
La situación es similar para las exportaciones de servicios, aunque su relevancia cuantitativa es inferior, con valores que alcanzan el 9% del PIB en Chile y Colombia, el 7% en México, el 6% en Brasil y el 5% en Perú. Para México, el 70% del total de estas exportaciones tienen como destino Estados Unidos, mientras que para Colombia y Perú suponen el 30-40%, y en el resto representan en torno al 10%.
Por el contrario, para Brasil, Chile y Argentina, el principal destino de las exportaciones de servicios es la Unión Europea (en torno al 20% del total).
MATERIALIZACIÓN DE ARANCELES DEL 25% A MÉXICO
Un escenario más adverso para México sería el de la materialización del anuncio de imposición de aranceles del 25% a ese país, del 25% a Canadá (10% a electricidad y energía) y del 10% a China.
En este caso, y si los países afectados aplicaran represalias simétricas, la actividad económica se contraería en México hasta un 3,1% tras tres años, y la inflación aumentaría 2,6 puntos porcentuales en el primer año (0,9 puntos porcentuales en el tercer año).
En el escenario de imposición de aranceles globales, las exportaciones de México a Estados Unidos se reducirían en un 17% (un 21% en el escenario más adverso), mientras que sus exportaciones totales lo harían en un 14%, lo que evidencia una reducida capacidad para reorientar las exportaciones a otros mercados y mitigar el efecto de esa hipotética política comercial más restrictiva.
Las manufacturas avanzadas de vehículos y ordenadores concentrarían la mayor parte de la caída de las exportaciones a Estados Unidos. Este patrón sectorial evidencia la fuerte dependencia de México hacia Estados Unidos en industrias específicas de alto valor añadido.
UNIÓN EUROPEA, DESTINO ALTERNATIVO
Una vía de diversificación de las exportaciones mexicanas hacia otros mercados es la abierta por el pacto (suscrito en enero de 2025) entre México y la UE para modernizar el Acuerdo Global vigente, firmado en 2000, lo que podría dar lugar a un aumento de los intercambios comerciales entre ambas partes.
En el caso de México, la UE podría constituir un destino alternativo para algunos bienes, como el petróleo crudo, algunas tipologías de vehículos, ciertos componentes de motores o determinado instrumental médico, al estar México ya presente en el mercado europeo con cuotas relevantes.
En esta misma línea, desde la perspectiva de otras partes de la región, los países de Mercosur y la UE alcanzaron un acuerdo de asociación en diciembre de 2024, con el objetivo de fortalecer los lazos comerciales, políticos y de cooperación entre las dos áreas.
En cuanto a Colombia, el mayor producto de exportación a Estados Unidos (el petróleo) tiene una cuota de mercado muy baja en la UE y en China, mientras que otros bienes como el café, el oro o algunos derivados del petróleo, con cuotas elevadas tanto en Estados Unidos como en la UE, podrían ampliar su presencia en el mercado europeo.