Las restricciones de tráfico en el Centro de Donostia, donde se implantará la denominada Zona de Bajas Emisiones (ZBE), no se decidirán ni aplicarán en este mandato sino tras las elecciones municipales. Así lo ha señalado este martes, el alcalde, Eneko Goia, que ha recordado que las decisiones concretas sobre los vehículos vetados quedarán para después de las votaciones del 28 de mayo.
Entonces, el Ayuntamiento tendrá que decidir qué vehículos pueden o no entrar en el espacio comprendido entre el Boulevard, el río, la calle Easo y el túnel de Ondarreta. Está claro que el Ayuntamiento desea impedir el acceso a los vehículos de paso, pero tiene que decidir cuáles son las excepciones. Por ejemplo, si se puede entrar a recoger a una persona impedida, si pueden entrar las motos, si pueden hacerlo los vehículos eléctricos, etc... También tiene que concretar el perímetro exacto de la ZBE.
Goia ha explicado que, por ahora, el Ayuntamiento está centrado en redactar un pliego de condiciones para adquirir el sistema tecnológico de cámaras y otros elementos que permita controlar de modo real la situación, a la vez que beneficiarse de los fondos europeos Next disponibles para ello. "En eso vamos a centrar nuestros esfuerzos hasta el fin de la legislatura", destacó.
Asimismo, anunció que ya han dado comienzo los encuentros con colectivos relacionados con el tráfico para conocer sus posiciones y añadió que también es necesario abordar el asunto "en el seno de la Corporación en un ejercicio que correrá a cargo de la próxima", que analizará las restricciones que se pondrán implantar. "Ahora estamos centrados en un sistema tecnológico; ese es nuestro empeño", subrayó.
Así pues, la implantación real de las prohibiciones de paso por el Centro de Donostia llegará en 2024, según el calendario previsto. Ya en 2021, cuando el Ayuntamiento presentó su plan de movilidad para cuando estuviera en marcha el nuevo ramal del Topo, anunció que la materialización de la zona restringida al tráfico en el Centro llegaría hacia 2024.
Por ahora, solo se ha llevado a cabo una primera parte de la actuación, con el cambio de sentido de las calles San Martín y Zubieta, que se puso en marcha el pasado verano y tiene como objetivo que San Martín no vuelva a ser una vía de tráfico denso porque será peatonal frente al Buen Pastor, como lo es ahora, aunque se encuentra en obras a causa del ramal del Topo.