El buen momento que atraviesa la producción de series es incontestable. A ello han contribuido las plataformas, con un importante impulso a la creación. Pero sin buenos creadores y creadoras no hay buen producto. Y de esto, la ficción española está bien surtida.
Coincidiendo con el 25º aniversario de la Fundación Autor y su apoyo a los creadores y del estreno de series como Periodistas o Compañeros que supusieron lo que se podría calificar como una revolución en la ficción local, hay preguntas como: ¿cuáles han sido los principales hitos de nuestra ficción en estos 25 años?, ¿cómo ha cambiado el proceso creativo?, ¿y la figura de los creadores?, ¿en qué se diferencia un producto hecho para un mercado nacional de uno destinado a un mercado global? o ¿cómo se implican cadenas y plataformas?, a las que se pueden dar respuestas interesantes.
BUENAS BASES
Echando la vista atrás, algunos expertos consideran que hoy se están recogiendo los frutos del trabajo de décadas anteriores. Arantxa Écija, directora de ficción de Mediaset España, opina que “en 2015, con la llegada de las plataformas, nos pillaron entrenados, con mucho músculo, grandes profesionales forjados en la industria de los 90 y los 2000 y series como Los Serrano o Los hombres de Paco fueron el germen de lo que sucede actualmente”. Y Manuel Valdivia, creador, productor ejecutivo, guionista y director de series destaca que títulos como Médico de familia o Compañeros instauraron un método de trabajo y de contar historias.
Valdivia insiste, no obstante, en que se necesitan series “que cuenten lo que está pasando. La ficción en España no cuenta lo que le pasa a la gente. Necesitamos buenas historias que hablen de nosotros, contadas desde la emoción”. De esto último da testimonio la dramaturga, guionista y directora Anna R.Costa, que firma Fácil (Movistar Plus), la historia sobre cuatro chicas con diversidad funcional que luchan por tener una vida independiente. Costa considera que las series “son como la sociedad, responden a lo que ocurre en la vida. Hay una diversidad de temática que responde a una sociedad demandante de muchas cosas, y afortunadamente, cada vez hay más lugares en los que consumirlas”.
La industria de la ficción en España está quizá más activa que nunca, abierta a los distintos formatos que el mercado demanda, y la prueba está en el momento “dulce” que las series españolas viven internacionalmente, con triunfos como el de La casa de papel. Uno nunca sabe cual es la tecla con la que conseguir el éxito, pero la clave, como señala el productor ejecutivo Eduardo Galdo, “siempre estará en apostar por la proximidad de los personajes y la verdad en las historias”.