Ya queda poco, pero aún podemos disfrutar un par de días más -hasta el 13- de Florakción, una muestra multidisciplinar que combina la música de Mikel Erentxun, la gastronomía de Elena Arzak o los increíbles diseños de ella, de Isabel Zapardiez.
A nivel vasco tenemos muchísimos referentes en el mundo de la moda. ¿Cómo ve el panorama de la moda en Euskadi?
-Bueno, yo creo que partimos de que tuvimos al gran maestro en la tierra, y hoy en día además con todos los valores de vuelta a los orígenes conceptuales de la costura, por suerte el trabajo de cercanía funciona, y a la gente le gusta vestirse con marca donostiarra.
O sea que tenemos buen gusto.
-Sí, claro que sí (risas).
A usted la podemos encontrar en el mundo de la alta costura. ¿Cómo siente que ha cambiado este universo desde que empezó en 2002?
-Hombre, yo siempre he tenido bastante claro que quería hacer un producto perdurable, que acompañara a las personas durante mucho tiempo, que fueran sello de identidad y también de nuestra marca. La verdad es que no he tenido que adaptarme a esos nuevos valores de una forma especial.
¿Siente que sí ha cambiado el modelo de alta costura, el mismo concepto en sí?
-Yo creo que hoy en día la gente es más consciente de que tenemos que cuidar entre todos el planeta, que la industria de la moda es una de las industrias que más contaminan, que tenemos la obligación entre todos -tanto fabricantes como consumidores- de ser más responsables y que una moda de cercanía, hecha con ética, con materia prima sostenible es fundamental.
Esa es precisamente la filosofía que persiguen desde su firma. ¿Qué más valores siente que son importantes en el mundo de la moda?
-Yo creo que hoy en día la identidad del individuo que viste nuestro producto. Nosotros como diseñadores proponemos, y el cliente y el usuario lo hacen suyo.
Lo que sí han cambiado son las tendencias, especialmente de las novias que se acercan a vestirse con sus diseños. ¿Qué buscan en estos momentos?
-Su personalidad. Yo creo que las tendencias están para cogerlas o dejarlas. Lo importante es que el vestido tenga tu lenguaje y que a través de él puedas transmitir las sensaciones que a ti te apetezcan, que te hagan sentirte bien, que sean reflejo de tu personalidad, que te aporten seguridad y el mensaje que tú quieres transmitir.
Cuando hablamos de tendencias, podemos preguntarnos qué fue antes, si el huevo o la gallina. ¿Qué va antes, una oferta que marca tendencia o una demanda que hace cambiar la oferta?
-Hoy en día está muy equilibrado. Muchas tendencias se gestan en la calle, y otras somos los creadores los que proponemos una tendencia y la calle la hace suya. En este momento está bastante equilibrado y me encanta que sea así.
La calle, y también las redes sociales, donde su firma cosecha buena cantidad de seguidores. ¿Cómo se llega a todos ellos?
-En ese sentido yo me siento francamente agradecida a los seguidores, porque la verdad es que me absorbe tanto mi día a día que tampoco le dedicamos a lo mejor todo el tiempo y esfuerzo que deberíamos dedicarle.
Es verdad que el suyo no es un trabajo de ocho horas diarias. Lleva un poquito más.
-Bastante más (risas). Son muchísimas horas. Yo digo que esto no es un trabajo, que es una forma de vida. Yo soy una apasionada de mi trabajo y me siento una absoluta privilegiada por llevar más de veinte años dedicándome a ello. Si lo entendiera como un trabajo, creo que proyectos como Florakción serían imposibles, porque es un trabajo que involucra a mi entorno.
En Florakción nos trae un adelanto de su nueva colección. ¿Cómo surge este evento?
-Este evento surge de un encuentro con Lourdes Pérez Patxo. Esta vez quería llevar la muestra un poco más allá. Me pongo en contacto con ella, con Brutus, con Juan Luis Biain... Cuando estamos los tres me parecía que se quedaba pobre el concepto, y hablé con Mikel, que es un buen amigo. Me siento una absoluta privilegiada por contar con una pieza musical creada ex profeso para este evento. Y luego llamé a Elena y le expliqué la idea. Me apetecía ir un paso más allá, porque me interesa todo el mundo de la realidad aumentada, y me puse en contacto con Virtual Txoko, y aunque nunca habían trabajado con realidad aumentada se animaron.
La moda ya está viviendo también los nuevos cambios tecnológicos. ¿Cómo los está viviendo usted?
-Con interés y con incertidumbre. Siempre con el ánimo de aprender y de coger la parte que nos interese, que es lo que hay que coger de las nuevas tecnologías, que están para servirnos a todos.
Cada uno ha aportado su granito de arena en Florakción. ¿Nos puede adelantar la esencia de los trabajos que ha presentado?
-Florakción, que es un avance de mi colección de alta costura con alguna pieza de Prêt-à-Couture, es lo que da nombre a la exposición y lo que hago es inspirarme en el arte, en la música..., en cosas que siempre me han servido de fuente de inspiración.
Hay cosas que le han servido de inspiración pero usted también ha sido fuente de inspiración. Tanto es así que en Maestros de la costura tuvieron que replicar vestidos suyos. ¿Qué siente cuando ve en programas como este su arte en todo su esplendor?
-Una experiencia más. Es un programa que tiene mucha audiencia. Tengo amistad con Lorenzo Caprile y me preguntó si me apetecía. Es una experiencia muy bonita, sobre todo porque ahí está gente que se está formando y quiere tener visibilidad en el mundo de la costura y eso siempre es muy bonito.
En su caso llega incluso a nivel internacional, de Donostia al mundo. Le hemos podido ver en Eurovisión con los vestidos de Blanca Paloma. ¿Hasta dónde han llegado sus diseños más allá de este festival?
-Siempre intentas llegar a los sitios y que la gente conozca tu trabajo. Es muy interesante. Pero al final me siento muy feliz de llevar veinte años con un negocio de moda de alta costura en una ciudad pequeña como es San Sebastián. Eso es posible porque un montón de mujeres de Donostia, de la provincia, hacen posible que durante tanto tiempo exista este taller y pueda contar con mi equipo. Me debo a mi ciudad.