Las fruterías ya muestran orgullosas sus cestas y barcas llenas de cerezas, de las distintas variedades de este fruto rojo que marca el final de la primavera y el comienzo del verano. Son muchos los que las esperan para comerlas tal cual, pero además de morderlas y deshacerse del hueso por métodos tradicionales, este dulce producto rojo también tiene recorrido como ingrediente en la cocina.
Su dulzor hace que se emplee con asiduidad como postre, en pastelería, pero en platos salados, como entrante o como refresco también resultan una delicia. Estas son tres opciones.
Un puñado de picotas recién recolectadas.
Así se distinguen las picotas de otras cerezas
Pero antes, unos pequeños tips para distinguir las cerezas picotas, que se supone es la reina de todas ellas, del resto de variedades. Aunque ya se sabe en cuestión de gustos, cada persona es un mundo. La picota es exclusiva del norte de Cáceres y que madura en junio. Su calidad hace que su precio sea más alto. Por eso es importante distinguir esta variedad del resto. La principal diferencia es la presencia o ausencia del rabito. Cuando a una picota madura hasta el final, cae del árbol desprendiéndose del pedúnculo. El resto de las cerezas, mantiene el rabito. Así las picotas llegan a la cesta sin rabo y las cerezas con. Para asegurarse que no les han quitado el rabo intencionadamente hay que fijarse en el hueco del pedúnculo. Si está bien cicatrizado, bien cerrado es una picota, si muestra algún agujerito o herida, ha sido arrancado, por lo que es una cereza de otra variedad. También los huesos son diferentes. El de la picota es un poco más grande, lo que hace que al ser más pequeña tenga menos carne. El color de la picota es de un rojo intenso y oscuro... casi negro. Por su parte, el rojo de las cerezas es más vivo y con una mayor variedad de tonalidades.
Una pechuga de pato con salsa de cerezas. Esta salsa combina muy bien con las carnes de ave.
Salsa de cerezas para carnes
Ingredientes para cuatro raciones
- 500 gr de cerezas
- 100 ml de vinagre de manzana
- 2 cucharadas de azúcar
Elaboración
Lavar las cerezas y, una vez bien secas, quitarles el rabito, deshuesarlas. Para quitarles el hueso se pueden encontrar en el mercado algunos aparatitos muy sencillos de usar, pero con un boquilla de manga pastelera se puede hacer también. Y aunque pringue un poco, con las manos es muy fácil también. Una vez preparadas la cerezas, en un cazo se ponen el vinagre de manzana el azúcar y la carne de las cerezas. Cuando la mezcla comience a hervir, se baja a fuego bajo se cuece la mezcla durante un cuarto de hora o hasta que coja el espesor que más nos guste y listo.
Esta salada es muy recomendada para platos de carnes blancas como el pollo, el pavo o el pato, así como las aves en general. También para algunos cortes de carne de cerdo magros, con poca grasa, como puede ser el lomo.
Batido de cerezas
Dos vasos de batido de cerezas listos para disfrutar.
Ingredientes
- 3 tazas de cerezas deshuesadas
- Un plátano
- Un yogur natural
- Un vaso de leche
- Una cucharada de azúcar
Elaboración
Como siempre que se trabaja con cerezas, lavarlas, secarlas bien, deshuesarlas y partirlas por la mitad (o partirlas por la mitad y deshuesar, dependiendo de si se hace a mano o con aparatito). En caso de querer presentar los batidos de forma coqueta, se pueden reservar algunas de ellas con sus rabitos para decorar los vasos o las copas.
Pelar y cortar el plátano en ruedas o en cuartos. Poner en el vaso batidor las cerezas, el plátano, el yogur, la leche y el azúcar (aunque este último es tan opcional como las decorativas hojas de menta o de hierbabuena). Batir hasta lograr la textura deseada y dejar reposar en el frigorífico un par de horas bien tapado para evitar la oxidación. Se puede poner un par de cerezas y unas hoijtas verdes para decorar.
Gazpacho de cerezas
Ingredientes
- 500 gr de tomates rojos bien maduros.
- Medio pimiento rojo grande
- Un diente de ajo pequeño
- 50 gr de cebolleta o cebolla
- 250 gr de cerezas
- 20 ml de vinagre
- Una cucharadita de sal y pimienta negra recién molida
- 4 cucharadas de aceite de oliva virgen.
- 100 ml de agua
Elaboración
Lavar, secar, deshuesar y partir por la mitad las cerezas, que se reservarán. Lavar los tomates y cortarlos en cuarto, poniéndolos en un bol grande. Pelar la cebolla y cortarla junto con el pimiento rojo en trozos medios o pequeños. Reservamos esto en otro bol. Pelar el ajo, cortarlo por la mitad para quitar el germen y evitar que repita después y se une al pimiento y la cebolla.
Con todo preparado, en el vaso batidor se pone primero el tomate y se tritura hasta que quede liquido. Después se añaden las cerezas y se vuelve a batir. Por último se incorporan el pimiento, la cebolla y el ajo y se tritura todo. Con todo bien licuado, se añade el aceite de oliva poco a poco mientras se sigue mezclando. Lo mismo con el vinagre. Se trata de que toda la mezcla emulsiones y ya no se disgreguen los ingredientes. También salpimentar.