El 19 de marzo de 1975 los últimos vecinos del viejo pueblo de Gallarta dejaban atrás entre lágrimas y sollozos la que había sido durante generaciones su morada. El lugar donde la vida se abrió camino durante varias generaciones entre penas y alegrías, entre contratiempos y esperanzas, entre trabajo y diversión, entre su pasado rural y su futuro de "progreso", aunque el presente en aquella fecha señalada en rojo en el calendario estaba marcado por la insaciable necesidad de mineral de hierro para abastecer a la asentada siderurgia europea y la incipiente industria vizcaína.
Un negocio que no nacía con espíritu de perdurabilidad que aligerase al menos el sentimiento de pérdida de la historia y el patrimonio físico, inmaterial y sentimental de un pueblo sino marcado por la certeza de su cercano colapso explotador que dejaría tras de si, en unas pocas décadas, el abandono y la pena por lo que Gallarta fue y nunca volverá a ser.
Un empeño inmisericorde, fraguado tras la abolición de los fueros con la derrota carlista, que desplazó a los cerca de 5.000 vecinos que habitaban Gallarta entre los años 60-70 del pasado siglo para desentrañar el mineral que se escondía bajo sus calles y casas. Una de las "desterradas" era Mari Carmen Hernández Caño quien en el documental "Octubre en el Norte: Temporal del Noroeste", elaborado en 1995 por Marcelo Expósito (Puertollano, 1966), recordaba serena pero apesadumbrada los últimos días del viejo Gallarta.

El enorme socavón de la mina Bodovalle sobre el que estaba erigido Gallarta
"Al principio nos dijeron que iba a desaparecer solo la calle Peñucas en la zona alta del pueblo. La gente se resistió bastante. Lo que pasa es que en aquellos tiempos daban 10.000 pesetas y desde luego había gente que vivían felices aunque fueran pisos un poco deteriorados y puede que les pareciera bastante pero a la mayoría no aunque al final casi les obligaron", reseñaba Mari Carmen a quien el calvario del desalojo de la casa materna le llegó con la tercera fase cuando la mina descendía escalonadamente desde Peñucas hacía la parte baja de la plaza del pueblo.
Escenario de guerra
"Entonces es cuando empezamos a protestar, protestar y protestar y parece que nos hicieron un poco más de caso y ya hicieron algunas casas mejores que las que construyeron antes en las fases anteriores", señalaba. Una lucha que se desarrollaba en medio de unas condiciones de vida singulares debido a la actividad de la mina en la que destacaban los numerosas explosiones para arrancar la piedra. "Vivíamos mal porque todo eran piedras en las casas y si ibas por la calle, a algunas horas te tenías que esconder porque aquello parecía la guerra. Te rompían por dentro la casa, se caían los cuadros, los cacharros,... A mi me rompieron un espejo que tenía mucho peso y al caer rompió una mesa y no mató a una invitada que tenía pues por milagro. Por cierto fui a pedir indemnización , me apuntaron y hasta ahora. No se sí alguien tuvo más suerte", rememoraba Mari Carmen.
Un testimonio al que se unía el creador del Museo Minero, Carmelo Uriarte, quien en el documental explica algunas de las piezas que habían ido recuperando tras el cierre del las minas y que hoy son un tesoro que nutren las salas del antiguo matadero reconvertido en Museo de la Minería del País vasco. "El pueblo tenía una gran riqueza mineral debajo, había muchos millones de toneladas de mineral pobre -siderita- pero que valía y era fácil de sacar. Entonces valía muy poco tirar el pueblo, echarlo fuera,... sin que te dieran casa. Yo mismo me tuve que ir a Santurce apañarme un piso y estar viviendo allí doce años. Fue un desastre", denunciaba Uriarte.

El Preventorio y el matadero, hoy museo minero, son los edificios emblemáticos del viejo Gallarta
Ambos testimonios recordaban la pena de tener que marchar de su querido Gallarta, "un pueblo pintoresco", como decía Mari Carmen. "En nuestros tiempos habíamos sido felices pero nos vino esto, como un tormento, como otra guerra y tuvimos que acatarla. Mi madre fue la última en salir del pueblo, de la plaza de Gallarta porque se resistía. Era viuda y había pasado allí sus más y sus menos pero era feliz en aquella casa y decía que no quería salir". Al final después de que les cortaran los servicios básicos se tuvo que marchar. Era un 19 de marzo de 1975.
Collage de la desindustrialización
'Octubre en el norte: temporal del noroeste' es un vídeo realizado por Marcelo Expósito en 1995 sobre la desindustrialización de Bilbao y su entorno, en un formato que actualiza las sinfonías urbanas que en los años veinte retrataron metrópolis turbulentas como Moscú o Berlín. Contiene imágenes antagónicas. Por un lado está el Museo Guggenheim, que en el momento en que este vídeo fue rodado era todavía el esqueleto de un depredador de brutales proporciones. Por otro lado, a pocos kilómetros, están las sobrecogedoras excavaciones que en la legendaria zona minera de Las Encartaciones testimonian con qué virulencia se produjo, a lo largo de décadas, el desarrollo industrial y siderúrgico. Frente al volumen autoritario en erección de la nueva arquitectura de seductoras ondulaciones, el gigantesco socavón cuyo vacío señala dónde se situaba originalmente el pueblo minero de Gallarta. El vídeo, realizado con la colaboración, entre otras entidades e instituciones del Instituto Francés de Bilbao o Arteleku (Donostia). eligió poner en el centro la experiencia vital, luchadora y afectiva de las clases trabajadoras.