Las mujeres vascas sufren más que los hombres la pobreza energética lo que las coloca en una situación de mayor vulnerabilidad frente a las consecuencias del cambio climático. Ello se debe, a que la renta de las mujeres es más baja que la de los hombres, por lo que dedican más recursos a hacer frente a la factura energética, y sus opciones de invertir en renovables también descienden.
Es una de las conclusiones del primer informe El cambio climático en Euskadi desde la perspectiva de género que han elaborado Ihobe y Emakunde y que este viernes han presentado la viceconsejera de Sostenibilidad Ambiental, Amaia Barredo, y la directora del Instituto Vasco de la Mujer, Miren Elgarresta.
El estudio también arroja que la aportación de las mujeres y los hombres al cambio climático es desigual, y que las primeras siguen pautas de comportamiento mucho más sostenibles. Las mujeres usan menos el coche, realizan desplazamientos más cortos y a menudo a pie. Lo que ayuda a bajar las emisiones del transporte que provocan el 60% de las emisiones de gas invernadero en Euskadi.
El informe apunta a que este comportamiento está motivado por las normas sociales y por los roles de género que generan diferentes patrones de comportamiento. El uso del vehículo está más asociado al hombre. Ellos son los que cuentan en mayor medida con coche propio y con permiso de conducir. Además, son los que asumen en mayor medida el rol de conducir en el ámbito de la familia. Además, las mujeres que siguen asumiendo de forma mayoritaria las tareas del hogar y las de cuidado de dependientes, por lo que pasan más tiempo en el hogar y sus trayectos son más cortos que los de los hombres.
Pero las mujeres tienen también un consumo más sostenible en lo que a la alimentación se refiere. Consumen más frutas y verduras y menos productos cárnicos que los hombres. En cuanto a los hábitos de consumo y al gestión de residuos los hombres y las mujeres siguen tendencias similares.
El cambio climático en Euskadi desde la perspectiva de género se desprende que el compromiso de las mujeres para abordar el cambio climático es mayor que el de los hombres, pero su presencia en órganos en que se toman decisiones al respecto sigue siendo mucho menor.
Las mujeres actuarían de forma diferente a los hombres ante la toma de decisiones asociadas al cambio climático, pero siguen siendo minoría y están infravaloradas en los órganos de decisión. Por ello, el informe elaborado por Ihobe y Emakunde concluye que es primordial introducir a las mujeres en los espacios de toma de decisiones que marcarán el Plan de Transición Energética y Cambio Climático de la CAPV 2021-2024.
El reparto de tareas y la corresponsabilidad también podrían modificar los patrones de movilidad de los hombres y reducir el impacto de emisiones de gases de efecto invernadero.