Nuestros jóvenes y no tan jóvenes lucen de nuevo con orgullo la zamarra zurigorri
CAYÓ también el gran Goliat, el auténtico mandamás del fútbol español dentro y fuera de las canchas, ese clásico rival blanco que juega con una selección de estrellas mundiales y que se queja cuando alguna le falta, como si al Athletic le fuera fácil ser vencedor sin Vencedor o sin Sancet, nuestras figuras emergentes ya emergidas. La gozosa realidad es que el filisteo Real Madrid fue alcanzado por la honda (con hache) expansiva del David vasco, que ya se ha llevado por delante en pocos días a colchoneros, culés y merengues, y que oposita a una nueva final de su Copa, maldita en recientes finales y desde el año 1984, que ya ha llovido para conquistar la 25. Toca ahora en semifinales el Valencia, otro equipo de tradición, poderío e historial, siempre duro de roer y con la vuelta en Mestalla, donde se espera la encerrona que preparará Bordalás, técnico tan granítico como directo en sus apreciaciones.
Se llegue o no a esa tercera final copera consecutiva, el desempeño actual de los leones es para enmarcar. La ilusión ha vuelto entre los forofogoitias y nuestros jóvenes y no tan jóvenes lucen de nuevo con orgullo por las calles la zamarra zurigorri. Bueno eso no ha cambiado. Dice mi hijo Aitor que es facilísimo ser del Athletic, y así es. ¿Cómo no serlo de un club con su filosofía unique in the world, con una historia a sus espaldas que se prolonga hoy con episodios como el vivido hace dos días? ¿Cómo no serlo en casa, y cómo no ser admirado o copartícipe fuera de Euskal Herria, donde, salvo algún cegato cavernario, todos reconocen el mérito de los éxitos bilbainos, desde la singularidad y la autolimitación elegidas, y frente a los monstruos de los presupuestos y de las prebendas? Hasta el prestigioso L'Equipe ha vuelto a caracterizar al Athletic con su titular: "Les Basques Souverains".
Estos días se ha recordado a los once aldeanos que derrotaron en 1958 al Real Madrid campeón de Europa en su propia casa, ante 125.000 espectadores y delante de Franco, al que solo el Gamo de Dublín interrumpía sus sueños blancos teñidos de rojo. Cuenta el maestro de periodistas y amigo José Manuel Alonso en su libro Athletic for ever! (2012) de aquel histórico episodio los elogios de los periódicos de Madrid al inesperado triunfo rojiblanco, destacando "las virtudes antigüas, el brío, la anticipación y el remate, junto al sentido posicional moderno, una bien estudiada disposición en el campo". Y todo eso es lo que viene demostrando hoy, en 2022, este Athletic, aun de once vascos, a la hora de enfrentar a los actuales gigantes del balompié hispano. Carácter y fútbol.
El equipo de Marcelino ha logrado conjuntar una acertada mezcla de jóvenes valores, ya realidades, como Vencedor, Sancet, Vivian o los Nicos, con veteranos comprometidos que saben estar en el campo, como Iñigo Martínez, Raul García e Iker Muniain, sin olvidar la clase media compuesta por jugadores que siempre se han llamado de club, como Dani García, Vesga o Berenguer, que fueron quienes inclinaron el partido frente al Madrid con su entrega y acierto, en algún caso superando insistentes críticas. Todos ellos de la mano de un entrenador que tiene las ideas muy claras y una experiencia competitiva y formativa que encaja como un guante en un club que se nutre de sus canteranos de Lezama, a los que el asturiano ha sabido dar la alternativa con dosificación y acierto. De esto vive el Athletic, en ello está un futuro que ya es presente.
Ojo que, ganado un título como la Supercopa, y llegado a otras tres finales, no está en absoluto asegurada la consecución del ansiado entorchado copero, pero las recientes actuaciones y triunfos resonantes ante los grandes ya van por delante y quedan para el recuerdo.
Recordaba también José Manuel Alonso que uno de los grandes entrenadores en la historia del Athletic, el mítico Mister Pentland, el caballero del bombín que trajo el fútbol moderno a Bilbao, ya con 75 años, en el homenaje que a final de los años 50 le tributó el club rojiblanco con motivo de un partido amistoso ante el West Bromwich Albion (1-2 en Birmingham, primera victoria de un equipo extranjero en las Islas) les dijo a los jugadores de entonces: "Sois los nietos de los antigüos, pero sois igual que ellos y parecéis los mismos; dichoso el pueblo que sabe conservar así la tradición". Y lo decía un inglés. Virtudes seculares, virtudes de hoy, virtudes a las que nunca hay que renunciar.